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Vox Valencia, entre 'lobby' y primera fuerza de oposición a la alcaldesa Catalá
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Víctor Romero

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Vox Valencia, entre 'lobby' y primera fuerza de oposición a la alcaldesa Catalá

La ofensiva contra la firma del convenio del Nou Mestalla y el empeño por manejar Urbanismo dejan demasiadas incógnitas y la sospecha de intereses no confesables

Foto: Juan Manuel Badenas, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Valencia (Vox)
Juan Manuel Badenas, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Valencia (Vox)

¡Qué escándalo! ¡Aquí se juega! El homenaje al cinismo convertido en clásico del capitán Renault en Casablanca es lo primero que viene a la mente al ver la borrachera de titulares sin firma sobre los vínculos de Peter Lim con KPMG. Para este plumilla, lo extraño sería que a estas alturas en la trayectoria del magnate de Singapur no hubiera ninguna ligazón con esta big four de la consultoría. Es lo que tiene moverse en determinados ámbitos, que das una patada a una piedra y te sale una minuta o coincides en un cóctel con uno de sus asociados. Fíjense si no en las otras tres: Ernst & Young (EY) es el auditor de cuentas de la sociedad anónima deportiva Valencia CF desde que Meriton tomó las riendas en 2015; Deloitte fue la firma elegida en el intento frustrado de buscar comprador para la parcela del viejo Mestalla que se saldó con el fiasco de la cooperativa ADU Mediterráneo; y el forensic y análisis de PwC sirvieron a Amadeo Salvo y Aurelio Martinez para poner la alfombra roja a Lim para la compra del club. Pleno al cuatro.

Que de aquellos lodos y otros encargos, como la auditoría a Wilmar International o McLaren, pueda deducirse que KPMG International tiene en nómina al concejal José Marí Olano con el fin de regalar a Peter Lim el convenio urbanístico de Nuevo Mestalla para volver a engañar al valencianismo ya es otra película en la que habrá que poner más papeles encima de la mesa para hacerla convincente. Más bien lo que parece es que la alcaldesa popular María José Catalá no midió las consecuencias de haber tragado con la condición de mantener la doble dedicación que puso su concejal a tiempo parcial de Grandes Marrones cuando aceptó vestir la lista municipal con su traje de abogado del Estado sin renunciar a la nómina de socio de Legal de KPMG en la Comunidad Valenciana.

Foto: La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y la presidenta del Valencia CF, Layhoon Chan.

Marí Olano, al que por cierto ya han coloreado la cara un par de veces para marcarle el terreno sus colegas de la abogacía municipal por el asunto de los Docks, se ha convertido en el chivo expiatorio del avispero de intereses económicos que es el Valencia CF, la Marina Real y otros asuntos complejos para los que había que llegar ligero de equipaje si uno quería ciertas garantías de blindaje a la hora de abordarlos. Ahora no le queda más que entregarse a la dedicación exclusiva y tramitar la excedencia en la consultora que le paga para desembarazarse de las sospechas de conflicto de interés o marcharse a casa y aquí paz y después gloria. Era cuestión de tiempo que quienes trabajan en la ciudad para meter cuchara en la millonaria operación urbanística encontrasen en el pluriempleo del concejal el flanco débil perfecto para atacar el intento de negociar y cerrar de una vez por todas el convenio urbanístico del Valencia CF y Mestalla, el verdadero nudo que impide ahora mismo a Lim completar el pelotazo para el que aterrizó en la ciudad y buscarse una salida de la SAD, con cuya masa social está sufriendo un divorcio que ríanse ustedes de la Guerra de los Rose.

Lo fascinante, por aparentemente inesperada, es que la posición más agresiva y amenazante contra la firma el convenio urbanístico y el rol de Mari Olano haya venido del que en principio parecía predestinado a ser el socio natural de Catalá, la formación utraconservadora Vox, reconvertida en primera oposición al PP local.

Su portavoz, Juan Manuel Badenas, ha asumido a pies juntillas el argumentario de Miguel Zorío y Marea Valencianista de que a Peter Lim ni agua y que lo que hay que hacer es arrebatar al Valencia CF la condición de agente urbanístico para entregársela a un tercero al que todavía nadie ha puesto nombre. Una complejísima, cuando no irrealizable, operación administrativa que nadie ve en el equipo de Catalá y que vendría a repetir un esquema clásico de la burguesía local en el historial del Valencia CF: tratar de quedarse con el business sin adelantar un clavel.

Decir Zorío es lo mismo que decir el abogado Pablo Delgado y, por extensión, Francisco Camps. Quien estos días ha querido escuchar al expresidente de la Generalitat, pendiente de sentencia en el juicio de la Audiencia Nacional por el caso Gürtel, anda sorprendido por su hiperactividad (igual llama por teléfono a un alto cargo de Carlos Mazón que fabula sobre las parcelas sin urbanizar junto a la Ciudad de las Ciencias) y por el alineamiento de Badenas con el argumentario que difunde la dupla Zorío-Camps. Ya han comenzado a ver en el grupo la progresiva cristalización de un lobby que maneja los votos de cuatro concejales claves en el devenir de la vida municipal. No de otra manera se entiende que Badenas pongo tanto empeño en reclamar la gestión del área de Urbanismo y haya situado a Cecilia Herrero en Aumsa, la empresa municipal encargada de desatascar las principales operaciones urbanísticas pendientes (Benimaclet o el PAI del Grao). O que el número dos del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, Juan Francisco Pérez Llorca, se desayunase la semana pasada en Plaza Radio con un “me preocupa que Badenas tenga otro interés que no sea el de trabajar por Valencia”.

Foto: El edificio de los 'docks', en la Marina de Valencia. Opinión

En ese puchero que se está cociendo no es extraño que Catalá, que se juega además quedar o no como la alcaldesa que se trajo a Valencia una porción del Mundial de Fútbol 2030, tenga pánico a entregar a Badenas y a Vox parte de la gobernabilidad del consistorio. La estrategia de los populares se inclina por crear una línea de resistencia. Catalá ya ha ocupado en apariencia los espacios sociológicos de Vox. Ha fijado su imagen como alcaldesa entre el electorado conservador con la sobreactuación en gestos como la entrada de la Senyera en la Catedral, el desafío a la Acadèmia Valenciana de la Llengua con el dichoso acento y otras señales dirigidas a los sectores carpetovetónicos de la ciudad, aun a riesgo de alejarse de la sociología más moderada, laica y cosmopolita de la tercera capital de España.

Pero Badenas insiste en que quiere tocar poder y recursos. La batalla por los presupuestos municipales, para los que Catalá necesita armar una mayoría en el pleno que ahora mismo no tiene, es la primera trinchera de presión. La alcaldesa tiene que decidir ahora si arriesgar y marcharse al 2024 con unas cuentas prorrogadas, culpabilizando a Vox de boicotear las bajadas de impuestos municipales que proponía, o rendir las armas con un acuerdo de paz por territorios. Si lo hace, ya no será alcaldesa en solitario. Tendrá al lado a un socio con vida y agenda propia. La suya y la de quienes le acompañan. Con todo lo que eso implica.

¡Qué escándalo! ¡Aquí se juega! El homenaje al cinismo convertido en clásico del capitán Renault en Casablanca es lo primero que viene a la mente al ver la borrachera de titulares sin firma sobre los vínculos de Peter Lim con KPMG. Para este plumilla, lo extraño sería que a estas alturas en la trayectoria del magnate de Singapur no hubiera ninguna ligazón con esta big four de la consultoría. Es lo que tiene moverse en determinados ámbitos, que das una patada a una piedra y te sale una minuta o coincides en un cóctel con uno de sus asociados. Fíjense si no en las otras tres: Ernst & Young (EY) es el auditor de cuentas de la sociedad anónima deportiva Valencia CF desde que Meriton tomó las riendas en 2015; Deloitte fue la firma elegida en el intento frustrado de buscar comprador para la parcela del viejo Mestalla que se saldó con el fiasco de la cooperativa ADU Mediterráneo; y el forensic y análisis de PwC sirvieron a Amadeo Salvo y Aurelio Martinez para poner la alfombra roja a Lim para la compra del club. Pleno al cuatro.

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