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Diario de la pandemia
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Día 9. La rebelión de los gallinas: todos queremos ir a Sarajevo con Pérez-Reverte
El JEMAD ha dicho que todos somos soldados, mis hijos pequeños se han puesto a hacer instrucción militar en casa y Reverte increpa a la tropa blandengue. ¿Qué puede salir mal?
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Hola amigos. Soy John James Rambo, y usted no lo es. Bienvenidos a los diarios de la pandemia.
Desde que el jefe de Estado Mayor de la Defensa dijo que en esta crisis "todos somos soldados", tengo a los niños haciendo instrucción militar intensa: carrera continua alrededor de la casa, blandiendo escobas, tres horas al día.
—¡Pss, pss!, papá, estamos cansados.
—¿PAPÁ? ¿PAPÁ? ¡¡SEÑOR PAPÁ!! ¡Cincuenta flexiones, recluta Prieto!
—Papá... ¿estás bien?
—¡¡CIEN FLEXIONES!!
—!Mamá! ¡Se le ha pirado la olla otra vez!
El arturazo
Cada vez estoy más a favor de Arturo Pérez-Reverte. Lo digo en serio. Siempre da espectáculo. Muy de agradecer en estos tiempos difíciles. Atentos a este tuit coronavírico rememorando batallitas de corresponsal de guerra: "Hablo por teléfono con Márquez. Chicos de veinte años diciendo que están hartos y aburridos. Joder, llevan una semana. Acuérdate de Sarajevo: cuatro años encerrados en sótanos bajo las bombas, sin luz ni calefacción. Y cuando salían a por agua, los francotiradores los mataban".
He aquí un clásico cultural absoluto: no hay crisis internacional sin su tuit bélico de Reverte contra el hombre blandengue. Recuerden los atentados en una discoteca de París:
Interesante, el deseo de vivir del ser humano. ¿Y si los centenares de la discoteca se hubieran abalanzado sobre los del Kalashnikov...?
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) November 14, 2015
¿Imaginan cuánto duraría un terrorista europeo con un arma en una mezquita siria a la hora de la oración? Ni a recargar, le daría tiempo.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) November 14, 2015
Maravilla absoluta, sí, pero recreémonos en los tuits de las últimas horas:
Hablo por teléfono con Márquez: "Chicos de veinte años diciendo que están hartos y aburridos. Joder, llevan una semana. Acuérdate de Sarajevo: cuatro años encerrados en sótanos bajo las bombas, sin luz ni calefacción. Y cuando salían a por agua, los francotiradores los mataban".
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 20, 2020
Éste es bueno. pic.twitter.com/rL2I3e6NKr
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 21, 2020
Fino humor cuartelario.
¿Está Reverte reprochando a los adolescentes españoles no haber estado en el Sitio de Sarajevo? Está Reverte reprochando a los adolescentes españoles no haber estado en el Sitio de Sarajevo. "Javito, copón, te he dicho mil veces que recojas tus zapatillas, hagas los deberes y bajes al cerco de Sarajevo a pegar tiros". Sí, amigos, la juventud está echada a perder. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Ponerse a jugar a la Play en mitad del Desembarco de Normandía?
El problema de la soflama de Reverte son las escaladas. ¿Cerco de Sarajevo? "Eso es de gallinitas", braman los periodistas veteranos de Stalingrado, para los que Reverte sería un pequeñoburgués. ¿Cerco de Stalingrado? "¡Menuda chufla!", ríen los plumillas supervivientes de las Termópilas, para los que Reverte sería un nini.
Como el inspector Clouseau, Reverte tiene un criado asiático llamado Cato instruido para atacarle cada vez que entra en casa
Como con tanta batalla histórica no es fácil ponerse de acuerdo, yo crearía una situación arquetípica consensuada: todo aquel español que no haya estado cuatro años confinado en una jaula en el Delta del Mekong, con su orina como único alimento y el Viet Cong haciéndole cosquillas en los pies 16 horas al día, no tiene derecho a quejarse del confinamiento del coronavirus. ¿Qué somos? ¿Hombres o gallinas?
Ahora bien, como me dice por el pinganillo un veterano de la batalla de las Termópilas: "Si cubrir la guerra de Yugoslavia consiste en estar en un hotel bebiendo aguardiente con otros periodistas internacionales de vuelta y media, pues oye, igual la chavalada se apunta y todos contentos". El Erasmus de la tribu como consenso. Arturo, nos unen más cosas de las que nos separan. ¡Viva Esparta! ¡Viva el vino!
Vale: Pérez-Reverte ha visto la muerte de cerca, pero nosotros hemos visto sus tuits de cerca, tenemos estrés postraumático y nadie quiere darnos una paguita. Todos somos soldados. Pero Reverte es un soldado de élite.
Como el inspector Clouseau, Reverte tiene un criado asiático —Cato— instruido para atacarle cada vez que entra en casa. ¡Kiaiiiiiiiiii! Siempre alerta. Siempre en tensión. No hay que bajar nunca la guardia.
Reírse, reírse, pero cuando nos invadan los chinos, será Arturo el que saque las castañas del fuego: con todo el país rendido, se echará al monte, sobrevivirá comiendo una castaña al día y derribará helicópteros enemigos con su arco de fuego. ¡Maldita sociedad de hombres blandengues! ¡Kiaiiiiiiii!
PD: Si quiere usted leer algo sobre supervivencia, llevar la guerra a casa y soluciones individuales demenciales a la crisis, hágase un favor: 'Primera sangre', de David Morrell, inventor del personaje de Rambo. Buena mierda. Eso sí que eran melenudos, no como los de ahora. ¡Kiaiiiiiiii!
Hola amigos. Soy John James Rambo, y usted no lo es. Bienvenidos a los diarios de la pandemia.