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Las tres negaciones de Pedro
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Federico Quevedo

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Las tres negaciones de Pedro

Sánchez ya ha dicho que ‘no’ tres veces, pero entre la segunda y que se haga efectiva la tercera cabe la posibilidad de que el gallo cante una primera vez en un Comité Federal

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la tercera sesión del debate de investidura. (EFE)
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la tercera sesión del debate de investidura. (EFE)

Pedro Sánchez pasará a la historia política de España por ser el hombre del ‘no’. Si San Pedro, su homólogo bíblico, negó hasta tres veces a Jesucristo, Pedro Sánchez le ha negado por tres veces a su país la posibilidad de tener un Gobierno estable que le haga salir de la incertidumbre política en la que permanece desde las elecciones del pasado 20 de diciembre. Puede parecer que no pasa nada, pero tras el escaparate de un país aparentemente en ebullición en el que hemos contemplado este verano un récord de turismo, se esconde la realidad de un frenazo espectacular que tendrá consecuencias en los próximos meses.

El bloqueo, la incertidumbre política, la ‘funcionalidad’ de un Gobierno que ni siquiera puede hacer unos presupuestos y solo está para firmar cheques y órdenes menores, aunque a algunos les pueda parecer una bendición, lo cierto es que no solo no aporta nada bueno al país, sino que lo conduce de nuevo camino del desastre.

El primer no de Sánchez, tras las elecciones de diciembre, nos llevó a unas segundas elecciones en las que los ciudadanos, lejos de premiarle, le castigaron con un nuevo fracaso electoral que hundía un poco más al PSOE en el fango de la irrelevancia. Su segundo no, dado esta semana pasada para impedir la investidura de Rajoy, nos devuelve a la situación de bloqueo; y el tercer no, el que ya ha anunciado para una segunda sesión de investidura que podría tener lugar -“o no”, que diría el presidente en funciones- a finales de septiembre, nos aboca casi irremediablemente -solo un milagro parece que podría salvarnos de lo que nadie quiere- a unas terceras elecciones, las mismas que el propio Pedro Sánchez afirma que no se van a producir, pero sin decirnos qué piensa hacer para evitarlo.

Por mucho empeño que ponga, los ciudadanos saben que entre el PP y el PSOE hay muchas diferencias, pero también muchos puntos en común

Porque no existe otra posibilidad de gobierno que no pase por la investidura de Mariano Rajoy. Aritméticamente sí, pero políticamente no. Intentarlo sería un suicidio mayor que la abstención condicionada al PP. A mí me pasa como a Esteban Hernández, que entiendo a Pedro Sánchez, comprendo que la encrucijada en la que se encuentra el Partido Socialista es muy complicada y que ninguna de las opciones posibles es buena para ellos. Ni siquiera la de las elecciones porque aunque ahora parezca que el PSOE puede recuperar algo de votos a costa de Podemos, la realidad puede ser bien distinta si Pedro Sánchez concurre a esas elecciones siendo el responsable de que las mismas se celebren. No es, desde luego, la mejor tarjeta de presentación en un país encabronado hasta no quiero decir dónde con su clase política.

Por eso la de ganar tiempo solo puede ser la menos mala de las opciones, y para ganar tiempo es necesario que haya un Gobierno en una situación de debilidad que le permita al PSOE crecer como alternativa, algo que por ahora no es a pesar de los esfuerzos de Sánchez por ocupar el papel de antagonista del PP que se ha arrogado Pablo Iglesias muy certeramente en el debate de esta semana. Y es que, por mucho empeño que ponga, los ciudadanos saben que entre el PP y el PSOE hay muchas diferencias, pero también muchos puntos en común que, sin embargo, no hay entre el PP y Podemos y que son los mismos que separan a la formación morada del PSOE.

Es necesario un Gobierno en una situación débil que le permita al PSOE crecer como alternativa, algo que por ahora no es a pesar de los esfuerzos de Sánchez

Entre las tres negaciones de Pedro, cuenta el Evangelio, el gallo cantó dos veces. Sánchez ya ha dicho que ‘no’ tres veces, pero entre la segunda y que se haga efectiva la tercera cabe la posibilidad de que el gallo cante una primera vez en un comité federal que intentará hacerle cambiar de opinión. Si es así, el ‘milagro’ se habrá producido. Pero me temo que eso es más un deseo en las filas del PP que una realidad posible a día de hoy.

Sánchez tiene muy controlado el aparato del partido, y sospecho que aunque el gallo cante y se celebre ese comité federal en el que algún barón se mostrará crítico con el secretario general, la tercera negación se hará efectiva tanto si se celebra la segunda investidura como si, precisamente por eso, no se celebra. Entonces puede que el gallo cante por tercera vez en las elecciones de diciembre, pero no sé si llegados a ese extremo habrá tiempo para las lamentaciones.

Pedro Sánchez pasará a la historia política de España por ser el hombre del ‘no’. Si San Pedro, su homólogo bíblico, negó hasta tres veces a Jesucristo, Pedro Sánchez le ha negado por tres veces a su país la posibilidad de tener un Gobierno estable que le haga salir de la incertidumbre política en la que permanece desde las elecciones del pasado 20 de diciembre. Puede parecer que no pasa nada, pero tras el escaparate de un país aparentemente en ebullición en el que hemos contemplado este verano un récord de turismo, se esconde la realidad de un frenazo espectacular que tendrá consecuencias en los próximos meses.

Pedro Sánchez Ciudadanos