El Confidente
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Miedo y asco en el Retiro: una Feria del Libro bajo la lluvia y la amenaza del traslado
La tormenta perfecta sobre el parque —no solo climatológica— ha roto este año la paciencia de unos libreros y editores cada vez más preocupados por un futuro traslado a Ifema
La primavera más lluviosa de los últimos años en Madrid ha echado a perder las esperanzas de libreros y editores de salvar un 2018 mediocre en ventas, en la línea de los olvidables años anteriores. Algunos de los consultados describen la situación de esta primera semana de la Feria del Libro como de "miedo y asco en el parque del Retiro". El viernes pasado, la tormenta obligó a suspender por primera vez en mucho tiempo la ceremonia de apertura, a la que debía acudir la infanta Elena. Desde entonces, y tras un breve interludio luminoso el sábado por la tarde justo antes de la final de la Champions, la situación ha ido de mal en peor. Seis días de lluvia ya que, según el pronóstico meteorológico, arreciará nuevamente desde el sábado y durante toda la próxima semana, tras un paréntesis más o menos soleado hoy jueves y mañana viernes.
La lluvia es letal para la feria, un evento folclórico ya clásico de la capital donde, a modo de romería o verbena, y especialmente los tres fines de semana de la cita, las familias toman el Retiro... y algún libro "siempre cae". Pero no solo la lluvia ha enrarecido este año el ambiente en el Paseo de Coches. Los roces con la Administración municipal comenzaron en los días previos, al cambiar el Ayuntamiento la forma habitual de realizar el traslado de los libros a las diferentes casetas y al obligar el día previo a la inauguración a desalojar el parque por la previsión de viento en un exceso de celo, comprensible tras la reciente muerte de un niño por la caída de un árbol, pero que soliviantó a los sufridos vendedores de libros y los abocó al caos en la apertura del día siguiente.
No parece extraño así que un runrún latente que lleva años sonando sin mucho eco los días de la feria se haya alzado esta edición como una seria amenaza: el inminente traslado de la cita anual del Retiro al recinto ferial madrileño. Las razones para ello son variadas, principalmente de carácter ecológico, por la huella que deja en el parque la presencia repentina de cientos de miles de personas durante más de dos semanas y que preocupa al Gobierno municipal de Ahora Madrid. Todos los consultados se niegan a creer que alguien "se atreva a iniciar un proceso que llevaría a la feria a la ruina", pero entre las casetas no se habla de otra cosa.
Para acabar de hundir el ánimo de la gente del libro, a la organización de la feria no se le ha ocurrido este año mejor idea que organizar en el pabellón Bankia del recinto una conferencia a cargo del analista estadounidense del libro —y provocador profesional— Mike Shatzkin, que ha asegurado que Amazon es invencible y, mirando hacia las desampararadas filas de casetas, ha augurado: "Dentro de 20 años no habrá ferias del libro". Buen rollo.
La primavera más lluviosa de los últimos años en Madrid ha echado a perder las esperanzas de libreros y editores de salvar un 2018 mediocre en ventas, en la línea de los olvidables años anteriores. Algunos de los consultados describen la situación de esta primera semana de la Feria del Libro como de "miedo y asco en el parque del Retiro". El viernes pasado, la tormenta obligó a suspender por primera vez en mucho tiempo la ceremonia de apertura, a la que debía acudir la infanta Elena. Desde entonces, y tras un breve interludio luminoso el sábado por la tarde justo antes de la final de la Champions, la situación ha ido de mal en peor. Seis días de lluvia ya que, según el pronóstico meteorológico, arreciará nuevamente desde el sábado y durante toda la próxima semana, tras un paréntesis más o menos soleado hoy jueves y mañana viernes.