Las colas de Vox no llegan a las librerías: Dragó y Abascal venden menos que Sánchez

Las colas en los actos de Vox son uno de los fenómenos de la campaña electoral. Desde Palencia a Oviedo, a las puertas de los auditorios de media España, cientos de personas esperan a Santiago Abascal. Pero ese fenómeno no se está repitiendo en las librerías. En su primera semana a la venta, el libro de Fernando Sánchez Dragó y Santiago Abascal vendió 3.600 ejemplares, según los datos de las consultoras que controlan la venta para las editoriales. Es una cifra notable, pero queda lejos de los 10.000 ejemplares que colocaron Pedro Sánchez e Irene Lozano con 'Manual de resistencia'.

Los libros de políticos apenas venden. Eso lo saben todos los editores que, sin embargo, siguen dando anticipos a ministros y exministros de todos los partidos. Península (de Planeta) ha editado el libro de Sánchez, pero también tiene pendiente uno con Inés Arrimadas, y Deusto (también de Planeta), con Pablo Casado. Estos dos los han congelado tras la polémica de Sánchez, pero el que siguió adelante fue Abascal en el libro/entrevista que firma Sánchez Dragó.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Dragó y Abascal desvelan 'sin querer' la identidad del verdadero creador de Vox

Carlos Prieto

En su primera semana en las librerías, ha vendido 3.600 ejemplares (a los que hay que sumar los de Amazon y otros canales que no controlan las consultoras). Es una cifra decente, superior a la habitual para este tipo de publicación. El interés por Vox hizo que los editores buscaran todo tipo de manuales rápidos —como hace años con Podemos—, pero sin duda el libro de conversaciones de Dragó y Abascal es el que gana.

Pero el morbo estaba en ver si Abascal vendía más que Sánchez. No ha sido así: de momento, el tirón del inquilino de Moncloa supera al del aspirante. En su primera semana en los puntos de venta, Sánchez casi llega a los 10.000 ejemplares, la segunda bajó a 4.000 y la tercera, a 2.500. En total, lleva unos 20.000 ejemplares vendidos. Habrá que ver si el libro de Abascal es de largo aliento, y eso dependerá probablemente de qué pase el 28-A.