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Los Sánchez en La Mareta: pantallas nuevas para evitar miradas indiscretas
Las noticias de que el inquilino de La Moncloa volvía a Lanzarote la dieron, como siempre, las obras: en esta ocasión se cambiaba toda la celosía por una valla de paneles macizos
El presidente del Gobierno ha vuelto a apostar por el palacio de La Mareta para empezar sus vacaciones, aunque sin desdeñar Doñana. La familia Sánchez-López se va este martes al palacio que el Rey Hussein de Jordania regaló al entonces Rey Juan Carlos I -el mismo que ayer emprendía viaje de salida de España-. El destino, a veces, es caprichoso...
Aunque la confirmación oficial de que el presidente del Ejecutivo iría de vacaciones a La Mareta la dio el delegado del Gobierno hace unos días, feliz porque Sánchez y familia elegían la isla del 4 al 11 de agosto, las noticias de que el inquilino de La Moncloa volvía a Lanzarote la dieron, como siempre, las obras. En esta ocasión, una especie de empalizada nueva que iba a hacer imposible que, desde el 'parking' o la calle, pudiese verse a nadie en la zona de la piscina.
Se ha puesto una especie de empalizada nueva que va a hacer imposible que, desde el 'parking' o la calle, pueda verse a nadie en la zona de la piscina
Una imagen del pasado 10 de julio, tomada por un ciudadano isleño, mostraba cómo se estaban cambiando las celosías que había de madera -de la época original de la construcción que dirigió César Manrique y ejecutó Fernando Higueras- por otras de un material panelado que impide ser visto desde el exterior. La explicación oficial es que la celosía estaba muy deteriorada por la humedad, la oficiosa, que Sánchez y familia quieren el máximo de tranquilidad y evitar miradas indiscretas.
La afición de los presidentes socialistas por La Mareta es inversamente proporcional a la que tuvo Mariano Rajoy, que nunca la pisó. José Luis Rodríguez Zapatero fue el primero que se enamoró de ella, y gastó más de 200.000 euros en acondicionarla y en pintar hasta una cancha de baloncesto para jugar con sus televisivos amigos. Sánchez, que la conoció en 2018, al poco de llegar al poder, ha pasado allí varios periodos, la ha decorado con pinturas de Patrimonio llevadas de la península y también ha gastado en repintarla y acondicionarla.
Pero el día 11 Sánchez dejará Lanzarote para ir al tradicional despacho con el Rey en Marivent. A la vuelta, pasará otra semana en las Marismilllas, el palacete de Doñana que tanto gustaba a Felipe González y en el que ya ha mantenido algún encuentro oficial con Angela Merkel. Todo ello, si los rebrotes lo permiten.
El presidente del Gobierno ha vuelto a apostar por el palacio de La Mareta para empezar sus vacaciones, aunque sin desdeñar Doñana. La familia Sánchez-López se va este martes al palacio que el Rey Hussein de Jordania regaló al entonces Rey Juan Carlos I -el mismo que ayer emprendía viaje de salida de España-. El destino, a veces, es caprichoso...
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