El Confidente
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García Egea saca pecho de la victoria de Ayuso... pero sin Ayuso
Para el PP, la victoria del 4-M era esencial y lo ha terminado siendo. Eso sí, en Génova hacen suya la victoria recordando, sin quitarle mérito a Ayuso, que las victorias son siempre del partido
Que el PP necesitaba una victoria tan apabullante como la que tuvo Ayuso en Madrid es más que evidente. Y ahí estuvieron Pablo Casado y Teodoro García Egea, con el alcalde Almeida y los jefes del PP de Madrid (Pío García Escudero y Ana Camins) en el balcón de Génova la noche del 4-M. Era el primer balcón de Casado —aunque las elecciones fueran autonómicas— y tenía mucho que celebrar. Más allá de mantener el Gobierno regional, los populares insistían en que sería la primera cita electoral que plasmaría la ansiada reunificación del centro derecha en torno a las siglas del PP.
Dicho y hecho. Eran tres en la derecha y solo quedan dos, con Vox debilitado y Ciudadanos desaparecido. Tan importante era para la cúpula nacional que García Egea presume de la victoria en su foto de perfil de WhatsApp abrazado a Casado y con el gentío clamando "libertad" en la calle Génova, de la que, por cierto, pretenden irse en algún momento. En la imagen, ni rastro de la artífice. Ayuso no sale y aunque la dirección reconoce que el fenómeno de la dirigente madrileña fue crucial, siguen insistiendo en que las victorias son del partido. Fue Ayuso, sí. Pero también Casado. Y, sobre todo, el PP.
Recuerda a la frase, hecha ya icónica por boca de García Egea, de "sin partido no hay Gobierno". Como buen secretario general, no olvida que lo importante es tener todo atado por las bases y un partido unido. Si esos cimientos no están claros, luego vienen los líos. Que se lo digan a los de la nueva política.
Madrid, insisten en el PP, es el "inicio de un cambio de ciclo". Y el 4-M fue importantísimo para la era de Casado. García Egea sigue engrasando los motores para llevar a su jefe a la Moncloa y, como ya contó este confidente, tuvo el detalle de enviar regalitos a todos los vecinos de la calle donde está situada la sede para agradecerles haberse volcado con gritos, cariño y pancartas en aquella noche histórica. Y que el ritmo no pare, dicen en el PP.
Que el PP necesitaba una victoria tan apabullante como la que tuvo Ayuso en Madrid es más que evidente. Y ahí estuvieron Pablo Casado y Teodoro García Egea, con el alcalde Almeida y los jefes del PP de Madrid (Pío García Escudero y Ana Camins) en el balcón de Génova la noche del 4-M. Era el primer balcón de Casado —aunque las elecciones fueran autonómicas— y tenía mucho que celebrar. Más allá de mantener el Gobierno regional, los populares insistían en que sería la primera cita electoral que plasmaría la ansiada reunificación del centro derecha en torno a las siglas del PP.