Es noticia
Iglesias y Cebrián: lo que une el odio que no lo separe el tramabús
  1. España
  2. Ideas ligeras
Ángeles Caballero

Ideas ligeras

Por

Iglesias y Cebrián: lo que une el odio que no lo separe el tramabús

Presentaban 'Cal viva', novela de Daniel Serrano. La misma cal que se arrojaron hace tiempo y la que se han lanzado este miércoles, conscientes de ese pegamento que los mantiene juntos

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el periodista y miembro de la RAE Juan Luis Cebrián (d), en la presentación del libro 'Cal viva', de Daniel Serrano. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el periodista y miembro de la RAE Juan Luis Cebrián (d), en la presentación del libro 'Cal viva', de Daniel Serrano. (EFE)

El odio es un pegamento fortísimo. Loctite puro. Une mil veces más que la empatía, la compasión, el 'flow'. Y Juan Luis Cebrián y Pablo Iglesias odian mucho, sobre todo a Pedro Sánchez. Le desprecian tanto que a pesar de que la cara del primero aparecía en el tramabús del segundo, este miércoles han pasado hora y media juntos. Presentaban ‘Cal viva’, la novela del periodista Daniel Serrano. La misma cal que se arrojaron hace tiempo y la que se han lanzado este miércoles, entre dardo y dardo, conscientes de ese pegamento que los mantiene juntos.

Iglesias evita hablar de Errejón en la presentación de 'Cal viva'

Apareció Pablo Iglesias de grana y luto. Grana la camisa y negra la corbata. Cebrián, con cara aún de verano, de 'burguesito liberal' que ya no madruga desde hace tiempo. Las risas fueron forzadas en más de una ocasión. Pero ambos coinciden en que la novela les ha gustado. Ambos son testigos privilegiados de una parte de la Historia de España que los mortales desconocemos. Y lo saben.

A los dos les sobra ego y les falta autocrítica. “Es una novela jodida que se clava”, dijo Iglesias. “No parece una primera novela, aunque hay partes es las que sí”, dijo Cebrián, echado en el sillón de la sala como el que espera que el servicio le haga entrega del güisquito y las pantuflas de 'cashmere'. Nadie del Grupo Prisa le acompañó, pero sí estaba la familia en pleno. Justo lo contrario que le pasa a la artista antes conocida como Chabelita.

Dice el líder de Unidas Podemos que decir la verdad tiene consecuencias electorales. “¿Está este país preparado para escuchar la verdad?”, afirmó

Dice el hasta el momento líder de Unidas Podemos que decir la verdad tiene consecuencias electorales. “¿Está este país preparado para escuchar la verdad?”, afirmó. Deja que te diga la mía: me encanta cómo hablas, pero esta senda de todos contra mí, que soy quien tiene la razón, la tomó Rosa Díez y mira cómo acabó. De bolos con Cayetana.

Me gusta más cuando, con ese tono de voz que ahora gastas, le dices a Cebrián eso del “PSOE del Grupo Prisa” y él te responde: “¿De qué Grupo Prisa hablas?”. O cuando habláis del chalé en Aravaca de uno de los personajes de la novela y entonces Juan Luis te dice que “era un adosado” y que esa es una cosa que os han achacado a los dos. “Aunque yo ya no tenga”, matizó.

Me gusta más cuando, con ese tono que ahora gastas, le dices a Cebrián eso del "PSOE del Grupo Prisa" y te responde: "¿De qué Grupo Prisa hablas?"

La novela va de generaciones. La de la Transición y la de sus hijos. Sus fricciones, sus semejanzas, sus peleas en Nochebuena. Hace sociología política, dice Iglesias, que nos volvió a recordar las cloacas y definió la Operación Chamartín, votada a favor en el pleno del Ayuntamiento de Madrid por el partido de Carmena, como “una vergüenza”. A esas horas, Íñigo Errejón presentaba su plataforma Más País. El odio, ya saben.

“Estoy muchas veces de acuerdo con los análisis de Podemos, salvo cuando Pablo dice que soy poderoso en el Congreso”. Qué cinismo, 'monsieur'. Y qué jeta. Se define como “hijo de vencedor” de la Guerra Civil, lo de 'burguesito liberal' se lo puso el KGB y nos contó que los suyos, los de su generación, solo pensaban en la democracia, en parecerse a Italia y a Francia, y que ante todo hay que respetar la institucionalidad.

placeholder Pablo Iglesias (i) saluda a Juan Luis Cebrián (d) junto al autor, Daniel Serrano. (EFE)
Pablo Iglesias (i) saluda a Juan Luis Cebrián (d) junto al autor, Daniel Serrano. (EFE)

“El poder solo respeta las instituciones si se votan opciones de poder”, explicó Iglesias. Fue una frase rotunda, redonda. Pero también sonaba a que hemos votado mal. Por eso hay que votar tantas veces sea necesario hasta que salga, como en las tragaperras, la opción ganadora. Tiró de sarcasmo, ese salvavidas cuando la vida pesa. Y a ti, Pablo, te pesa mucho ahora.

Ambos criticaron a Pedro Sánchez, que es un poco como ser del Madrid o del Barça: 'mainstream'. Iglesias, que empezó encorsetado pero fue engrasando la maquinaria, le dijo a Daniel Serrano que le iban a invitar a pocas tertulias para hablar del libro. “Si hubieras hecho una como Javier Cercas, a lo mejor”, dijo. Y risas en la sala. El odio, que une una barbaridad.

El odio es un pegamento fortísimo. Loctite puro. Une mil veces más que la empatía, la compasión, el 'flow'. Y Juan Luis Cebrián y Pablo Iglesias odian mucho, sobre todo a Pedro Sánchez. Le desprecian tanto que a pesar de que la cara del primero aparecía en el tramabús del segundo, este miércoles han pasado hora y media juntos. Presentaban ‘Cal viva’, la novela del periodista Daniel Serrano. La misma cal que se arrojaron hace tiempo y la que se han lanzado este miércoles, entre dardo y dardo, conscientes de ese pegamento que los mantiene juntos.

Juan Luis Cebrián