Torres aspira a reeditar el pacto de las flores (pero con menos flores)

Una lluvia fina de sondeos cae sobre Canarias. Muchos ven la luz, otros no. Temiéndose que desmovilicen a sus parroquianos por euforia o derrotismo, hay encuestas que los partidos prefieren no airear. Hay cosas que pueden pasar, o no, otras sí van a pasar. En las Islas se da por hecho que ganará las elecciones autonómicas el actual presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Ángel Víctor Torres. De su tirón depende que pueda reeditarse (o no) el cuatripartito de la legislatura que ahora da sus últimos pasos, acuerdo suscrito en 2019 por PSOE, Podemos, Nueva Canarias y la Agrupación Socialista Gomera. ¿Repetirá el pacto de las flores? —bautizado de esa manera hace ahora cuatro años—. Y, dando un paso más allá, ¿habrá reedición del acuerdo que Ángel Víctor Torres dice preferir o, abriendo un escenario del que nadie ha hablado, la aspiración del presidente apunta a un pacto con menos flores que el actual, prescindiendo de alguno de los socios que lo han acompañado en su primer gabinete?

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Quedan treinta y cuatro días para que abran los colegios electorales. Poco. Nada. O mucho, depende. Cuatro de cada diez canarios se resisten a mostrar sus cartas. Hasta un 40% dice que no ha decidido a qué partido apoyará en las elecciones al Parlamento regional, cabildos y ayuntamientos. El 21% anuncia que no lo sabrá hasta verse en la mismísima tanda de penaltis, en el último tramo de la campaña. Con todo, por más que los sondeos dejan abiertas las puertas a pactos por la izquierda (renovando el pacto de las flores) o por el centro derecha (si Coalición Canaria y PP logran una suma con opciones), a poco más de un mes de la jornada electoral todas las ecuaciones pasan por dos fijos en la quiniela. De una parte, la victoria electoral del PSOE liderado por Ángel Víctor Torres. Y, de otra, la convicción de que los escenarios posibles tienen como denominador común la presencia en el Ejecutivo autonómico que salga de las urnas de la Agrupación Socialista Gomera que, con Casimiro Curbelo al volante, aportará sí o sí los tres escaños que necesitan quienes aspiran a contar con una mayoría suficiente.

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Con las encuestas en la mano, todos los caminos conducen a que los socialistas canarios ganarán, cosa diferente es que esa victoria en las urnas tenga como consecuencia inmediata la reedición del pacto sin más. El PSOE será la fuerza más votada, pero siendo relevante que gane lo será todavía más cómo gane, con qué margen. En un escenario de mínimos, Ángel Víctor Torres deberá añadir a sus veinticinco diputados de este último cuatrienio los escaños que pierdan dos de sus socios, Podemos y NC —previsiblemente, tendrá que compensar los tres escaños que pierdan entre ambas fuerzas—.

La reedición del pacto de las flores exigirá que el presidente cuente con un grupo parlamentario de veintiocho escaños. Si repite resultados, y se queda en veinticinco diputados (o menos) se vería obligado a buscar una mayoría de gobierno asociándose a Coalición Canaria. Claro que, como alternativa a estas dos primeras ecuaciones, cabe barajar otro escenario que los socialistas no quieren verbalizar públicamente por miedo a que la euforia termine pasándoles factura, hipótesis que, moviéndose en la parte de más alta de las horquillas e incluso superando los techos que cuentan los sondeos, situaría al PSOE con treinta escaños o más en la Cámara regional.

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Con un empuje electoral claramente superior al de sus siglas, si Ángel Víctor Torres logra situarse por encima de los treinta escaños —hipótesis que los socialistas no admiten puertas afuera, pero sí barajan puertas adentro, en voz baja— el presidente se vería en condiciones de elegir con qué socios continúa compartiendo mesa en el Consejo de Gobierno y, en consecuencia, podría prescindir de algún compañero de viaje. Hay más. Partiendo de la premisa de que un acuerdo del resto de los grupos con representación en la Cámara parece inviable —entre otras razones, porque Coalición Canaria y NC mantienen su condición de agua y aceite, y qué decir del cordón sanitario de PP o CC a Podemos— podría Torres llegar a plantearse un gobierno en solitario con participación o presencia de alguna otra fuerza, una asociación de mínimos que tendría como principal aspirante a la Agrupación Socialista Gomera.

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En el archipiélago los sondeos están mostrando horquillas excesivamente amplias, situando al PSOE canario entre los veinticinco y veintiocho o veintinueve escaños; pero, si bien en las Islas rondar o superar los treinta diputados sobrevuela lo utópico, hay voces en las filas socialistas a las que les salen las cuentas. Explican su escenario más optimista apoyándose en distintos argumentos o bazas electorales. Cuentan con que Ángel Víctor Torres empatiza con votantes que no necesariamente simpatizan con sus siglas. Creen, además, que el presidente ha logrado que el PSOE ocupe la centralidad que durante décadas estuvo en manos de Coalición Canaria; y, dando un paso más allá, también otorgan a Torres la transversalidad que tantas alegrías han dado a Moreno en Andalucía o a Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. No genera rechazo ni a nuestra izquierda ni a nuestra derecha del PSOE —apuntan en las filas socialistas—.

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Quienes ven a Torres alcanzado o incluso superando la barrera de los treinta escaños, quedándose de esa manera a seis o menos de la mayoría absoluta, pero con presencia suficiente para gobernar en solitario con apoyos externos o coaligado a alguna de las fuerzas del actual pacto, parten de que puede el presidente pescar algunos votos con el retroceso de Podemos —la concurrencia del exsecretario de Organización de los morados, Alberto Rodríguez, anuncia la atomización del voto a la izquierda del PSOE— y siendo el único candidato grancanario a la Presidencia del Gobierno de las tres fuerzas con mayor implantación regional (Fernando Clavijo y Manuel Domínguez, de CC y PP, respectivamente, son tinerfeños) esperan un resultado récord en la Isla de origen, personal y político, del presidente.

Aquellos que confían en este escenario, pero no quieren airearlo en público, se muestran convencidos de que Ángel Víctor Torres sorprenderá con su resultado electoral en Gran Canaria y cuentan con que la fortaleza municipal del partido en Tenerife garantiza que no será penalizado en la otra Isla más poblada del archipiélago —donde creen que CC y PP se restarán mutuamente—. A pesar del escándalo que tuvo en Fuerteventura su punto de partida consideran que no retrocederán en la isla majorera, esperan unos resultados estables o al alza en las restantes y sumar hasta cuatro diputados que concurrirán en la lista regional al Parlamento. Describen un escenario de horquillas altas que los sitúe en treinta o más escaños y, caso de lograrse, se ven repitiendo el pacto de las flores pero no necesariamente con tantas las flores.