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Nunca ha perdido unas elecciones y está en España asesorando a alguien
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Carlos Prieto

La caída de Saigón

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Nunca ha perdido unas elecciones y está en España asesorando a alguien

¿Estamos viviendo los últimos días del sanchismo? ¿O no? Desbarros, volantazos y psicodramas de la campaña. Crónicas costumbristas (y absurdas) desde el frente electoral

Foto: Mitin del PSOE en Elche. (EFE)
Mitin del PSOE en Elche. (EFE)

"El poder reside donde los hombres creen que reside. Es un truco. Una sombra en la pared. Y un hombre, aunque sea pequeño, puede proyectar una sombra muy larga". Lo cuenta Varys en Juego de tronos. Varys, calvo y con pinta de monje, que asesora a varios monarcas de los Siete Reinos. Los fontaneros siempre han existido, de Rasputín a Dominic Cummings (muñidor del Brexit), pero quizá nunca ha habido tanta obsesión con ellos como hoy día. Ninguna decisión política se toma ahora sin que algún medio interprete que ha sido idea del asesor que opera bajo el telón. "Algunas puertas se cierran para siempre y otras se abren en los lugares menos esperados", sostiene Varys, que maneja como pocos el lenguaje oscuro con claves (llenas o vacías) que solo él conoce.

Dicho lo cual...

Foto: Aznar, Feijóo y Rajoy, en 2010. (EFE) Opinión

Notas para una biografía falsa sobre el mayor fontanero español de todos los tiempos:

Felipe Mellizo, 43 años, enfant terrible de la asesoría política. A los 18 años participó en su primera campaña electoral autonómica. Su candidato ganó, un periódico le bautizó como el "niño prodigio de la fontanería política" y nació el mito Mellizo. Elección que asesoraba, elección que ganaba. Dejó España en 2007 porque, según él, estaba "cansado de competir contra mediocres".

Desde entonces, ha asesorado con éxito a cinco presidentes en tres continentes, incluidos Boris, Macron y Lula.

Duerme dos horas al día (si duerme más se levanta de mal humor por haber perdido el tiempo).

Todas las madrugadas hace una síntesis de meditación y boxeo ideada por él.

Rara vez pierde al ajedrez, es cinturón negro noveno dan y tiene un disco de versiones dodecafónicas de Mike Oldfield.

¿Su ideología? Considera que la mayoría de la gente es idiota.

No le gusta que le lleven la contraria.

Sus choques con otros aliados presidenciales son legendarios.

placeholder La entrada del número 10 Downing Street. (EFE/Neil Hall)
La entrada del número 10 Downing Street. (EFE/Neil Hall)

En su etapa en el 10 de Downing Street, acusó a un secretario de Estado de filtrar a la prensa sin su permiso (al día siguiente, las cámaras de seguridad filmaron a alguien con máscara —y parecido a Mellizo— pinchando las ruedas del coche del político). El incidente nunca se aclaró.

Boris Jonhson dijo de él: "Mellizo tiene iluminaciones proféticas... y un sable en el culo".

En 2020, en una reunión en el Eliseo, metió un dedo en el ojo al jefe de gabinete del presidente, Tito Lyotard. "No sé quién es el Pito ese", alegó tras el incidente. Macron tuvo que despedirles a los dos.

"No me doy importancia, pero hace tiempo que pasé a la posteridad"

Cada vez que acaba un trabajo, vuela a una localización desértica desconocida y se sienta durante días en una roca para controlar su ira y recargar su creatividad.

Su ensayo El ojo del tigre. Cómo hacer ganar unas elecciones a una piedra pómez ha vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo (él mismo lo tradujo al mandarín).

En 2021, dijo en una rara entrevista en el Financial Times: 1) "No me doy importancia, pero hace tiempo que pasé a la posteridad". 2) "Confucio, Sun Tzu y Foucault están sobrevalorados". 3) "Cuando llega el calor... los chicos se enamoran".

"Confucio, Sun Tzu y Foucault están sobrevalorados"

Las malas lenguas creen que el éxito ha envarado su ya de por sí complicado carácter, que los presidentes le contratan porque les acerca a la victoria (pero le tienen miedo) y que su asesoría se ha ido haciendo cada vez más críptica.

Hace un mes, regresó a España por primera vez en 16 años para asesorar a Pedro Sánchez en las generales. La mañana del debate electoral a dos, Mellizo llegó a Moncloa, entró en el despacho del presidente y dijo solo cuatro frases: "Una campaña es un ser contextual". "Si atrapas mosca con dos palillos, elecciones ganarás". "No es lo mismo la posibilidad que la probabilidad". "Si a un oso panda ayudas, él te dará la mano". Cuando Mellizo acabó de hablar, hubo un silencio espeso de tres minutos... que Sánchez rompió a voces: "¡NO ME JODAS, MELLIZO! ¡QUE TE HEMOS PAGADO 600.000 EUROS! ¿ESO ES TODO?". Mellizo salió del despacho del presidente dando un portazo y mascullando: "¡Es la última puta vez que trabajo en España!". Fue directo a Barajas, cogió un avión y se sentó en la roca. Ahí sigue.

"El poder reside donde los hombres creen que reside. Es un truco. Una sombra en la pared. Y un hombre, aunque sea pequeño, puede proyectar una sombra muy larga". Lo cuenta Varys en Juego de tronos. Varys, calvo y con pinta de monje, que asesora a varios monarcas de los Siete Reinos. Los fontaneros siempre han existido, de Rasputín a Dominic Cummings (muñidor del Brexit), pero quizá nunca ha habido tanta obsesión con ellos como hoy día. Ninguna decisión política se toma ahora sin que algún medio interprete que ha sido idea del asesor que opera bajo el telón. "Algunas puertas se cierran para siempre y otras se abren en los lugares menos esperados", sostiene Varys, que maneja como pocos el lenguaje oscuro con claves (llenas o vacías) que solo él conoce.

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