Es noticia
Pedro Sánchez y la estrategia del suicidio
  1. España
  2. Matacán
Javier Caraballo

Matacán

Por

Pedro Sánchez y la estrategia del suicidio

Ese es el camino que ha elegido Sánchez​ para resolver la crítica situación en la que está su partido y la tambaleante posición en la que él mismo se encuentra como secretario general

Foto: El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante los medios. (EFE)
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante los medios. (EFE)

El suicidio, en política, también es una estrategia. Y ese es el camino que ha elegido Pedro Sánchez para resolver la crítica situación en la que está su partido y la tambaleante posición en la que él mismo se encuentra como secretario general. “El secretario general más tutelado, más machacado y más presionado que ha tenido el Partido Socialista”, como decían anoche algunos de los fieles de la cúpula dirigente del PSOE, en referencia al acoso que ha recibido Pedro Sánchez por parte de un grupo de dirigentes regionales de este partido, además de otros referentes del partido como Rodríguez Zapatero. De hecho, tan crítica es la situación, tan terminal, que, pese a las apariencias, la reunión de ayer de la ejecutiva federal socialista debió ser, a la vez, la más larga y la más simple de cuantas se han celebrado en los últimos años. Porque la desesperación, el límite y el abismo simplifican las salidas. Se trata solo de saltar o renunciar. Y el secretario general del PSOE ha decidido saltar. A partir de ahí, como en toda jugada extrema, el final es elemental y solo existen dos posibilidades para Pedro Sánchez: que salga bien o que se estrelle.

Una de las frases más repetidas en el entorno de Pedro Sánchez se refiere al acoso interno al que, como es público, se ha sometido al secretario general, acaso desde que es secretario general. Desde enero pasado, dicen, ha existido una presión creciente para que tirase la toalla y presentara su renuncia como secretario general de los socialistas. El objetivo único no era otro que plantear una gestora en el PSOE que se hiciera cargo de la transición del partido hasta la llegada triunfal de Susana Díaz a la secretaría general del partido.

Si el comité federal aprueba el calendario, Sánchez abocará a Susana Díaz a tener que disputarle el liderazgo en unas primarias abiertas a la militancia

¿Por qué una gestora? Por dos motivos, en primer lugar para que fuese la gestora la que asumiera el desgaste de propiciar un Gobierno del Partido Popular y, en segundo lugar, para dar tiempo a Susana Díaz a iniciar una etapa nueva, con espacio suficiente para preparar su definitivo desembarco en la sede de Ferraz y dejar la sucesión atada en Andalucía. El primer objetivo que tiene la ‘estrategia del suicidio’ de Pedro Sánchez es acabar con la amenaza de esa gestora. Si el comité federal del próximo sábado aprueba el calendario que ha propuesto la ejecutiva federal, Pedro Sánchez habrá ganado el primer asalto y abocará a Susana Díaz a tomar la decisión que más le preocupa: tener que disputarle el liderazgo en unas primarias abiertas a la militancia en toda España.

Susana Díaz, cargada de lógica política, no quiere someterse a las primarias en el PSOE frente a Pedro Sánchez porque sabe que puede perderlas, y eso la llevaría a una situación de inestabilidad que, quizá, puede suponer incluso el principio del fin de su vida política. No se debe olvidar que en un proceso de primarias, como el que Pedro Sánchez quiere convocar el 23 de octubre, el aparato del partido, que controla el secretario general, siempre tiene más posibilidades de triunfo que los críticos por la sencilla razón de que maneja la estructura, los censos de militantes y las posibilidades de movilización de los cuadros; el sutil lenguaje de la composición de las listas electorales. No siempre sucede así, no siempre gana el aparato en unas primarias, como ya le ocurrió a Joaquín Almunia, pero es lo normal, como bien sabe Susana Díaz, que las únicas primarias a que se ha enfrentado, en el PSOE de Andalucía, no llegaron a celebrarse porque anuló a sus rivales desde la base.

En un proceso de primarias, el aparato del partido tiene más posibilidades de triunfo que los críticos, por la sencilla razón de que maneja la estructura

De ahí vienen sus dudas y, por ello, todavía no se ha despejado la incógnita de si, finalmente, como viene diciendo, está dispuesta a dar un paso adelante y exponerse a unas primarias con todas las consecuencias. Porque puede suceder, como ya se ha empezado a barajar, que no sea Susana Díaz sino otra persona, en este caso Eduardo Madina, quien se enfrente a Pedro Sánchez en esas elecciones primarias. De producirse, sería paradójico, porque estaríamos ante el segundo enfrentamiento en primarias entre Madina y Pedro Sánchez, con la diferencia de que, en el primero, Susana Díaz utilizó a Pedro Sánchez para anular a Madina y, en esta ocasión, utilizaría a Madina para acabar con Pedro Sánchez. Se trata, en todo caso, de una posibilidad que se antoja remota, entre otras cosas porque si, después de tanto anunciarlo, tampoco en esta ocasión Susana Díaz decide dar el paso adelante, ella misma liquidaría cualquier poso de credibilidad y de prestigio que le pudiera quedar dentro y fuera del PSOE.

Entre los miembros de la ejecutiva federal que son fieles a Pedro Sánchez, daban por seguro anoche, al término de la reunión, que en la actualidad tienen mayoría suficiente en el comité federal para sacar adelante la propuesta de Pedro Sánchez, pero nadie está seguro. “Hasta que no se cuenten todos los votos, que son votos secretos, no se sabrá cuántos de los que han dado su respaldo a Pedro Sánchez han decidido cambiar cuando han llegado al comité federal. Serán días de mucha presión interna y externa y todo puede pasar”, aseguran en la ejecutiva federal.

Lo estaban empujando al harakiri, y ha decidido convertir en virtud la decisión de quien, llegados al momento actual, no tiene nada que perder

Si el resultado es negativo para los planes de Pedro Sánchez, lo normal es que se instaure una gestora en el partido y se organice un congreso de aclamación de Susana Díaz, una vez que el PSOE haya facilitado con su abstención la investidura de Mariano Rajoy. Si no es así, si lo que triunfa en el comité federal son las tesis de Pedro Sánchez, se presentará a las primarias y, si las gana, irá a un congreso sin rival, con la sola decisión de que los delegados ratifiquen su nueva ejecutiva federal en el PSOE. “Cualquier cosa —afirman— menos repetir el pasado; cualquier cosa menos enfrentarnos a otras elecciones, como las de junio, con buena parte de los barones remando en contra. Si todo sale bien, habrá una sola voz en el PSOE, se acabará el acoso al secretario general, y en unas hipotéticas elecciones en diciembre se puede ganar definitivamente a Podemos la batalla por la hegemonía de la izquierda; ese, y no otro, es el único plan de Pedro Sánchez”.

La ‘estrategia del suicidio’ surge de la expresión de uno de los fieles de Pedro Sánchez, antes de que la ejecutiva federal aprobase ayer el órdago de unas elecciones primarias en octubre y un congreso en diciembre. La expresión proviene del mítico campeonato de ajedrez en 1972 entre el americano Bobby Fischer y el ruso Boris Spassky, en plena tensión por la Guerra Fría. La personalidad de Fischer era tan inesperada y brillante, tan desconcertante, que llevó a Spassky a decir: “Un hombre dispuesto a suicidarse tiene la iniciativa”. Eso es justo lo que ha hecho Pedro Sánchez: lo estaban empujando al harakiri, toda la estrategia de los críticos estaba dirigida a que presentara su dimisión, y ha decidido convertir en virtud la decisión de quien, llegados al momento actual de ruptura interna del PSOE, no tiene nada que perder. ¡Ah! Por cierto, en aquel campeonato de ajedrez, al final ganó Fischer.

El suicidio, en política, también es una estrategia. Y ese es el camino que ha elegido Pedro Sánchez para resolver la crítica situación en la que está su partido y la tambaleante posición en la que él mismo se encuentra como secretario general. “El secretario general más tutelado, más machacado y más presionado que ha tenido el Partido Socialista”, como decían anoche algunos de los fieles de la cúpula dirigente del PSOE, en referencia al acoso que ha recibido Pedro Sánchez por parte de un grupo de dirigentes regionales de este partido, además de otros referentes del partido como Rodríguez Zapatero. De hecho, tan crítica es la situación, tan terminal, que, pese a las apariencias, la reunión de ayer de la ejecutiva federal socialista debió ser, a la vez, la más larga y la más simple de cuantas se han celebrado en los últimos años. Porque la desesperación, el límite y el abismo simplifican las salidas. Se trata solo de saltar o renunciar. Y el secretario general del PSOE ha decidido saltar. A partir de ahí, como en toda jugada extrema, el final es elemental y solo existen dos posibilidades para Pedro Sánchez: que salga bien o que se estrelle.

Pedro Sánchez Crisis PSOE