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Pablo Iglesias, sustento de Felipe VI
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Javier Caraballo

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Pablo Iglesias, sustento de Felipe VI

La endeblez ideológica de la izquierda artificial ha llevado al líder de Podemos a considerar que la necesidad de los españoles consiste en dinamitar el marco constitucional

Foto: Felipe VI recibe a Pablo Iglesias y a Pedro Sánchez. (EFE)
Felipe VI recibe a Pablo Iglesias y a Pedro Sánchez. (EFE)

La endeblez ideológica de la izquierda artificial ha llevado al líder de Podemos, Pablo Iglesias, a considerar que la necesidad de los españoles, a los que aspira a representar, consiste en dinamitar el marco constitucional para construir una nueva república en España, la tercera, aunque solo se menciona la segunda y siempre de forma sesgada. El vicepresidente ha encontrado una muletilla formidable en la crisis institucional de la Corona española y ha debido llegar a la conclusión de que en este año nefasto se ha encendido una luz que lo alumbra, como una estrella del oriente moscovita, para guiar a la izquierda española.

Osado como es el político Iglesias, atrevido como suele, ha pensado que su poder de gobierno le permite hasta zancadillear el discurso de Navidad de Felipe VI, con un mensaje previo, el suyo, que se propagaría por todos los hogares e iluminaría las conciencias para que solo piensen en la república mientras habla el Rey. Por eso, desde hace varios días, en las redes sociales se difunde su ‘contra mensaje’ con la apuesta de que “este año, muchos compatriotas, se van a hacer una pregunta, se van a preguntar si son monárquicos o son republicanos”.

Foto: Felipe VI dirige a los españoles el tradicional mensaje de Navidad en 2019. (EFE)

En “muchas casas y en muchas familias”, se va a dar ese debate en la cena de Nochebuena, según el pronóstico del líder de Unidas Podemos que, ya al final, con ese tono suyo, de sermón dominical, acaba con un consuelo a los españoles, un adoctrinamiento para mentes que él supone reprimidas, alienadas y temerosas. Para ese mundo supuesto, esa España inventada que solo existe en su discurso, Iglesias lanza un mensaje de tranquilidad: que nadie se altere, es natural que la gente corriente se plantee estas dudas que solo podrían pertenecer a las élites: “Es normal”, dice Iglesias. “No hay que tener miedo a los debates, no hay que tener miedo a que la gente piense libremente, y que opinen lo que les parezca”. En fin…

Al margen de las admoniciones, que siempre naufragan en un patetismo que llega a ser cruel con el personaje, lo peor que tiene el ‘contra mensaje’ de Navidad de Pablo Iglesias es que se adentra en un terreno especulativo peligroso para un líder político como él. Quiere decirse que, de la misma forma que se permite vaticinar lo que pensarán muchas familias mientras habla el Rey, también se puede especular con lo que piensan muchos españoles cuando oyen hablar a Pablo Iglesias. ¿Está seguro el líder de Podemos de que cuando los españoles le oyen hablar se sienten más republicanos? ¿No es posible que ocurra justo lo contrario? De momento, para resolver la duda, con lo único que contamos es con las encuestas que se han publicado desde que se conocieron los escándalos de evasión fiscal de Juan Carlos I y se inició la ofensiva de Podemos contra la Corona y contra la monarquía parlamentaria.

Tres encuestas distintas. La última encuesta del CIS resalta que la monarquía solo le preocupa al 0,3% de los españoles. Entre 44 problemas enumerados, la monarquía ocupa el puesto 35; muy por delante están otros como “los problemas políticos” y el “mal comportamiento de los políticos”. El barómetro de La Sexta, por su parte, revela que, desde el mes de septiembre, el apoyo a la Corona española ha subido en más de 20 puntos, de un 34,3% al 54% de españoles. Justo lo contrario de lo que ha ocurrido con los defensores de la república, que han bajado del 43,8% al 30,3%.

Por último, una encuesta de Metroscopia, realizada entre los días 11 y 14 de diciembre, concluye que la figura de Felipe VI como jefe del Estado se ha reforzado extraordinariamente en los últimos tiempos, con un 74% de aprobación al Rey en el desempeño de su papel institucional. Con lo cual, sumando todas las estimaciones, la única conclusión factible es que la ofensiva de Podemos contra la Corona lo que está consiguiendo es el fortalecimiento de la monarquía parlamentaria. Irónicamente, alguien podría palmear en la espalda a Pablo Iglesias por haberse convertido en el sustento inesperado de la Corona.

Foto: El rey Felipe. (EFE) Opinión
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De todas formas, lo más interesante del ‘contra mensaje’ navideño de Pablo Iglesias —por cierto, leído y mal ejecutado— es la definición final que nos regala sobre lo que, a su juicio, es una república: “Ser republicano —dice el líder de Podemos— es defender los servicios públicos. Es defender lo común frente al permanente proyecto privatizador de los partidos monárquicos. Ser republicano es querer un país más igualitario, un país más justo y más feminista.

Ser republicano es apostar por sectores empresariales más dinámicos, y más comprometidos con su país frente a un modelo económico que se demostró como base estructural de la corrupción basado en el ladrillo, el turismo barato o en la contratación pública del que la monarquía fue uno de sus principales promotores. Ser republicano es defender un país laico, que valore más la ciencia y la cultura frente al irracionalismo y al terraplanismo de la extrema derecha monárquica…”.

Foto: Felipe VI, en el discurso de Navidad del pasado año. (RTVE) Opinión

La definición de república, según Pablo Iglesias, se extiende, además, a otros conceptos, pero en un declive de patéticas contradicciones, como decir que republicano es quien defiende el federalismo frente al modelo centralista de la monarquía… ¡Pobre ‘grandeur’ de la República francesa! En fin, que lo que habrá que hacer es presentarle al vicepresidente a algunos falangistas españoles que, hace ya muchos años, cantaban esta canción que, a Pablo Iglesias, en su ideología elemental, le puede provocar muchos más debates internos que los que sospecha de los españoles en esta Nochebuena, tras el discurso de Felipe VI. Dice así el himno de las milicias falangistas, republicanos convencidos como Pablo Iglesias.

"¡Viva, viva la revolución!

¡Viva, viva Falange de las JONS!

¡Muera, muera, muera el capital!

¡Viva, viva el Estado sindical!

Que no queremos, no, reyes idiotas

que no sepan gobernar.

Lo que queremos e implantaremos

es el Estado sindical.

¡Abajo el rey!"

La endeblez ideológica de la izquierda artificial ha llevado al líder de Podemos, Pablo Iglesias, a considerar que la necesidad de los españoles, a los que aspira a representar, consiste en dinamitar el marco constitucional para construir una nueva república en España, la tercera, aunque solo se menciona la segunda y siempre de forma sesgada. El vicepresidente ha encontrado una muletilla formidable en la crisis institucional de la Corona española y ha debido llegar a la conclusión de que en este año nefasto se ha encendido una luz que lo alumbra, como una estrella del oriente moscovita, para guiar a la izquierda española.

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