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Otro catalán gracioso riéndose de los andaluces
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Javier Caraballo

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Otro catalán gracioso riéndose de los andaluces

Hablamos del humorismo del 'cacaculopedopis' más vulgar. Menos originalidad que una broma sobre lo tacaños que son los catalanes

Foto: Madrugá de Semana Santa en Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)
Madrugá de Semana Santa en Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)
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La historia es repetida, incluso aburrida porque siempre ocurre lo mismo, pero lo más llamativo es que no acierta uno a decidirse por cuál debe ser la reacción, si molestarse y protestar o ignorarlo y callar. ¿Qué es lo mejor? ¿Qué es lo que haría usted? La polémica, como queda dicho, es la misma de siempre: un catalán gracioso decide hacer un chiste caricaturizando a los andaluces por sus costumbres y por su forma de hablar. Esta vez el gracioso, los graciosos, deben ser presentadores o cómicos de un programa que se dice satírico de la televisión pública de Cataluña, Està passant. En un momento dado, entra uno de esos cómicos al plató, una mujer disfrazada de la Virgen del Rocío, con el fondo de La Saeta de Machado, cantada por Serrat, y una marcha de trompetas y tambores de Semana Santa.

¿Acaso sale la Virgen del Rocío en Semana Santa? No, pero ahí van los tipos. Ellos hablan catalán y la caricatura habla en andaluz forzado, "yo soy Rosssío", que levanta carcajadas. "Esto no tiene nada que ver con la humildad cristiana", dice uno de los presentadores mientras señala el vestido de la caricatura, con la corona reluciente y los bordados de hilo de oro. "La Moreneta es austera, es minimalismo", dice luego. En fin, en ese plan sigue todo: el niño Jesús, que es a su vez una parodia de Monchito, la marioneta de José Luis Moreno, y el guion va subiendo de tono hasta que la caricatura de la Virgen empieza a hablar de sexo y dice que ella está "más caliente que los palos de un churrero".

Como podrán deducir, hablamos del humorismo del `'cacaculopedopis' más rampante y vulgar. Menos originalidad que una broma sobre lo tacaños que son los catalanes. Con lo cual, aquí es donde entran las dudas sobre la reacción adecuada ante un mamarracho así. ¿Deberíamos escandalizarnos y protestar o lo mejor es ignorarlos, porque solo buscan protagonismo? Esto último, por ejemplo, es lo que más dudas provoca porque ciertamente podemos tener claro que no hay nada mejor para un artista o un cómico mediocre que buscar protagonismo con una zafiedad. Lo que no consigue el ingenio lo obtiene la chabacanería. Con lo cual, si sabemos que eso es lo que buscan, para qué hacerles el trabajo sucio de darles promoción.

Si pensamos que solo se trata de dos o tres carajotes, como dicen en Cádiz, para qué hacerles el favor de convertirlos en los más buscados en las redes sociales, el programa más visto y comentado de la cadena pública, porque los vídeos se reproducen cientos de miles de veces. Lo razonable, en este sentido, sería ignorarlos, dejarlos que se cuezan lentamente en su simpleza sosa de catetos catalanes. No hay consejo más apropiado que aquel que nos advierte de que no debemos discutir ni pelear con un bobo porque siempre te hará descender a su nivel, ganará por su experiencia en bobadas y, al hacerlo, puede que alguien no note la diferencia. A un tipo que solo se le ocurre como chiste decir que la "mare de deu está muy caliente", qué se le puede decir si ya él mismo se ha catalogado como imbécil elemental. En todo caso, la protesta tendría que reducirse a aquellos catalanes, muchos catalanes, que cada año bajan a la Romería de la Virgen del Rocío, en la que no se cantan saetas, como dicen en la parodia, ni hay orquestas interpretando marchas. Si a ellos que pagan la televisión pública catalana, la TV3, les parece bien que se gasten su dinero en ofender a la patrona de Almonte, a la que ellos veneran, como otras decenas de miles de peregrinos en todo el mundo, pues allá ellos.

De modo que sí, lo mejor es pasarlo por alto, y es posible que todos lo tengamos claro, no hacerles propaganda, que es lo que buscan, pero se trata de una pretensión inútil. Esa es la desdicha, que el tonto siempre se sale con la suya, porque todo el mundo acaba haciéndose eco del mamarracho y multiplicando su audiencia. Lo que ocurrió ayer lo demuestra con claridad: todos los partidos políticos, sin excepción, protestaron formalmente por el programa y exigieron rectificaciones. Por una vez, por una sola vez, un dirigente político conservador, como Juanma Moreno, expresaba su rechazo casi con las mismas palabras que una política trotskista y anticapitalista como Teresa Rodríguez. Los dos piensan, sin dudarlo, que es una ofensa a todos los andaluces.

La crítica y la burla de los católicos demuestran una falta de sensibilidad humana y puede dar lugar a provocaciones indeseables

En las redes sociales, eran miles los que también opinaban sobre lo sucedido, hasta convertir el vídeo dichoso en uno de los más vistos de la jornada en toda España. Por supuesto, el obispo de Huelva reaccionó con un comunicado en el que llamaba a la tolerancia y el respeto, con una clarísima exageración de la imbecilidad cómica: "La convivencia humana exige un clima de mutuo respeto para favorecer la paz entre nosotros. La crítica y la burla de los católicos demuestran una falta de sensibilidad humana y puede dar lugar a provocaciones indeseables. Este no es el camino para trabajar por curar las heridas que puedan existir en nuestra convivencia". Igual que la Hermandad Matriz de Almonte, que elevó la polémica a una ofensa al honor de la Virgen de Rocío. Y con esa misma expresión, le envió sendas cartas "al presidente de la Generalidad de Cataluña, don Pere Aragonès, y a la consejera de Cultura, doña Natalia Garriga", como responsables políticos de la televisión pública catalana. "Se les ha solicitado que procedan, a la mayor brevedad posible, a la restitución del derecho al honor mancillado, y adopte las medidas para que un hecho de esta naturaleza no vuelva a repetirse; solicitando el mismo respeto que se tiene a otras confesiones religiosas".

También anuncian que estudiarán acciones legales, aunque deben saber bien que este tipo de querellas casi nunca acaban prosperando porque se impone la libertad de expresión a la protección de la religión. Con lo cual, volviendo a la duda original, lo que probablemente pasará es que, si se comete la torpeza de llevar la vulgar parodia a los tribunales, terminarán, encima, convirtiendo a los bobos en falsos héroes de la libertad de expresión. ¿Qué hacer, por tanto? ¿Protestar y darles fama o ignorarlos? La cuestión es que podemos tener la duda, pero, pensemos lo que pensemos, no vamos a acabar ni con los idiotas redomados ni con los inocentes propagadores.

La historia es repetida, incluso aburrida porque siempre ocurre lo mismo, pero lo más llamativo es que no acierta uno a decidirse por cuál debe ser la reacción, si molestarse y protestar o ignorarlo y callar. ¿Qué es lo mejor? ¿Qué es lo que haría usted? La polémica, como queda dicho, es la misma de siempre: un catalán gracioso decide hacer un chiste caricaturizando a los andaluces por sus costumbres y por su forma de hablar. Esta vez el gracioso, los graciosos, deben ser presentadores o cómicos de un programa que se dice satírico de la televisión pública de Cataluña, Està passant. En un momento dado, entra uno de esos cómicos al plató, una mujer disfrazada de la Virgen del Rocío, con el fondo de La Saeta de Machado, cantada por Serrat, y una marcha de trompetas y tambores de Semana Santa.

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