Maten al mensajero
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Casado y Ayuso: peor cuando nadie les ve
En la presentación del libro de Rajoy no hubo cordialidad ni cuando no había cámaras. Ella debe ser presidenta pero debe respetar que él es su presidente o Vox ganará la partida
“Chisgarabís” y Rajoy aparece a tu lado. Reconozco que sentí cierta nostalgia al escuchar al expresidente en la presentación de su libro. “Política para adultos”, y que nadie se dé por aludido o aludida, es en estos momentos un buen resumen de lo que está pasando con la lucha de poder en el PP de Madrid. Había mucha expectación en el saludo entre Casado y Ayuso y al final todo acabó en “cobra”. Rajoy, que ya es un señor mayor (en el mejor sentido de la expresión), ha entonado el “mea culpa” para justificar que la presidenta de la Comunidad no quisiera posar junto a su presidente.
“Están allí saludando al presidente de tu partido” le dijo uno de los invitados a Ayuso al llegar al Casino de Madrid y acceder a una sala minutos antes de que se iniciase el acto. No había cámaras ni periodistas ni ningún mensaje corporal que se pudiera bien o malinterpretar. Era un momento de intimidad tras meses de exposición, pero ella no quería estar con él. Algo o todo se ha roto. La tensión en el rostro, el no saber donde mirar y la conversación impostada que posteriormente se convirtió en viral dice que no mienten, que el desencuentro es de verdad.
Casado ya tiene el rictus de presidente, ese con el que Rajoy aguantaba los envites de Aguirre. Algunos le hicieron saber que había estado frío, distante. ¿Querías hacer notar que estabas enfadado? Como a buen palentino se le nota casi todo. No sabe disimular ni quiere. A él con ella eso ya no le preocupa. Rajoy salió a buscar al coche a Casado, cosa que por cierto nunca ha hecho Aznar, su presunto “padre” político. De presidente a presidente por eso a él cada día le ocupa menos ella.
Ayuso estuvo incómoda, nerviosa y sin encontrar su sitio quizás porque no estaba en el que debía. Mucho se achacó al protocolo y si tuvo una parte de responsabilidad: la de evitar que se sentasen juntos él y ella pese a que a Génova había llegado el día anterior una disposición de asientos distinta en la que Ayuso y Casado estarían codo con codo. Ambos agradecieron que la mujer de Rajoy, Elvira Fernández, acabase de muro de contención entre él y ella. Las encuestas y los equipos empiezan a notar el desgaste. Él y ella se están haciendo daño, pero también a los votantes. Si el coronavirus lo permite asistiremos a cenas de Navidad en las que como ocurrió en Cataluña en los peores momentos del “procés” las familias se dividirán entre los seguidores de él y de ella.
La demoscopia refleja que el partido de Santiago Abascal está estancado y con síntomas de fatiga
Las disputas de mesa y mantel luego se trasladan a las urnas y en este caso los votantes del PP que van con Ayuso desarrollan un virus “antiCasado” que los lleva directos a engrosar el zurrón de Vox en las elecciones generales. Los efectos secundarios son devastadores no solo para los intereses del PP sino para el conjunto de la sociedad. En estos momentos la demoscopia refleja que el partido de Santiago Abascal está estancado y con síntomas de fatiga. Su base es fuerte pero no crece. Muchos de los que sudan la camiseta de Casado en este partido ven a Ayuso como un apéndice de Rocío Monasterio y cuando toque votar sentirán nostalgia por Ciudadanos y acabarán en el PSOE bajo la consigna de que “viene la ultraderecha”.
Es hora de ceder. Génova debe convocar el congreso del PP de Madrid en marzo y la Puerta del Sol colaborar y no confrontar. Una lista de unidad donde haya un reparto de poder y donde Almeida quede representado sin necesidad de estar. Al alcalde de Madrid toda esta polémica le resta como le ha lastrado ser portavoz nacional del PP. Nunca debió aceptarlo y debe dejarlo antes de las elecciones. Es un “soldado” y, a diferencia de ella, si hace todo lo que él le pide. Ella debe ser la presidenta. pero reconocer que él es el presidente. “Política de adultos”.
“Chisgarabís” y Rajoy aparece a tu lado. Reconozco que sentí cierta nostalgia al escuchar al expresidente en la presentación de su libro. “Política para adultos”, y que nadie se dé por aludido o aludida, es en estos momentos un buen resumen de lo que está pasando con la lucha de poder en el PP de Madrid. Había mucha expectación en el saludo entre Casado y Ayuso y al final todo acabó en “cobra”. Rajoy, que ya es un señor mayor (en el mejor sentido de la expresión), ha entonado el “mea culpa” para justificar que la presidenta de la Comunidad no quisiera posar junto a su presidente.