Es noticia
La llamada de la ministra Darias, en clave inocente, inocente
  1. España
  2. Maten al mensajero
Pilar Gómez

Maten al mensajero

Por

La llamada de la ministra Darias, en clave inocente, inocente

Los presidentes autonómicos, tanto del PP como del PSOE, no daban crédito cuando sonó el teléfono el sábado a media mañana. ¿Qué medidas se pueden tomar en menos de 48 horas?

Foto: La ministra de Sanidad, Carolina Darias. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
La ministra de Sanidad, Carolina Darias. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Sábado, 18 de diciembre. Si no fuera porque faltaban 10 días, los presidentes autonómicos podrían haber pensado que la llamada de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, era una inocentada. Se les convocaba para el miércoles 22 a una Conferencia de Presidentes de urgencia para tomar medidas ante el aumento de las cifras de coronavirus. Cuando Sánchez esté reunido por videoconferencia, no sabemos si esta vez con traje y alpargatas o pantuflas por eso del frío, faltarán menos de 48 horas para que los españoles estemos sentados a la mesa con nuestros familiares, amigos o lo que cada quién considere sus allegados. No habrá limitaciones en el número de comensales, ni en la movilidad entre comunidades ni en los viajes al extranjero. Entonces ¿para qué sirve este encuentro?

Espero que no sea para felicitar las navidades ni compartir unos décimos de lotería, pero tengo sospechas fundadas de que Sánchez una vez más quiere hacer que hace, aunque no haga. El resto de los gobernantes europeos hace semanas que han ido tomando medidas ante el avance de la nueva cepa de ómicron. Es verdad que por suerte nuestras cifras son mucho mejores que las de nuestros vecinos y que somos un ejemplo de civismo en cuanto a la vacunación, pero si algo hemos aprendido de surfear tantas olas, es que el patrón se repite. Cuando Portugal decretó un confinamiento posnavideño, nos sonó a chino. Hoy ya todos hablamos de volver al teletrabajo y restringir nuestras reuniones. Los test de antígenos, las mascarillas, el gel vuelven al centro de nuestro día a día. Lo hacemos por responsabilidad, porque Sánchez ha hecho dejación de funciones de la suya.

Cualquier medida que se tome el miércoles llegará tarde y su aplicación solo servirá para generar más caos. Ninguna restricción se puede gestionar legalmente en menos de dos días, y más sin tener una ley de pandemias o haber hecho un desarrollo de la Ley de Salud Pública que lo permita. Porque pese a las sentencias del Tribunal Constitucional, que evidenciaron la necesidad de un nuevo marco jurídico, el Gobierno no ha hecho absolutamente nada. Los presidentes autonómicos, tanto socialistas como populares, acuden a la convocatoria con desazón y escepticismo. Quieren recursos para gestionar el coronavirus, para poder contratar más sanitarios, para mejorar los equipos y las instalaciones. Aún no ha llegado un euro de los que se les prometieron. Señor Sánchez, al menos puede empezar por aquí. Que la 'cogobernanza' sea solidaridad con aquellos que están al frente de la pandemia. No es mal día el 22 para repartir millones, ya que ha demostrado ser incapaz de dar soluciones.

Foto: Pedro Sánchez durante la declaración institucional. (EFE)

Los expertos sanitarios prevén que todos nos tenemos que contagiar, que el virus será cada vez más infeccioso, aunque menos virulento. El diagnóstico suena bien, pero aún queda para llegar a ese escenario en el que nos tomemos una pastilla y ya. Es importante conjugar economía y salud, pero cuando ya hasta Ayuso reconoce que “sin salud no hay libertad”, yo me empiezo a preocupar. Seguro que Sanidad sabe lo que tiene que hacer. Tengo más fe desde que han relegado a Simón, ahora solo tienen que ser valientes y asumir los riesgos que significa gobernar. No hay que ser popular, hay que ser eficaz.

La declaración institucional de Sánchez inevitablemente nos transporta a la peor fase del coronavirus. Esos días en que encerrados en casa seguíamos con expectación y preocupación cada palabra. Pero esos discursos se fueron convirtiendo en propaganda. El presidente no decía nada y lo último que recordamos es que saldríamos “mejores y más fuertes”. Quiero pensar que en algunos aspectos hemos salido mejores. Que el confinamiento y el dolor de ver a tantos morir nos han ayudado a ser más conscientes del valor de algo tan mundano como abrazar, tocar o besar, pero sé que en ningún caso hemos salido más fuertes. Somos más vulnerables ante nuestros miedos y solo hay que mirar las estadísticas. Los casos de depresión y ansiedad han crecido más de un 25% en el mundo. Esto supone la friolera de 53 millones más de trastornos depresivos.

Sábado, 18 de diciembre. Si no fuera porque faltaban 10 días, los presidentes autonómicos podrían haber pensado que la llamada de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, era una inocentada. Se les convocaba para el miércoles 22 a una Conferencia de Presidentes de urgencia para tomar medidas ante el aumento de las cifras de coronavirus. Cuando Sánchez esté reunido por videoconferencia, no sabemos si esta vez con traje y alpargatas o pantuflas por eso del frío, faltarán menos de 48 horas para que los españoles estemos sentados a la mesa con nuestros familiares, amigos o lo que cada quién considere sus allegados. No habrá limitaciones en el número de comensales, ni en la movilidad entre comunidades ni en los viajes al extranjero. Entonces ¿para qué sirve este encuentro?

Vacunación Tribunal Constitucional Coronavirus
El redactor recomienda