Mientras Tanto
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Dad una oportunidad al tipo único
La última reforma fiscal no ha cerrado el debate sobre impuestos. Al contrario. Cinco economistas y expertos discuten cómo mejorar la tributación haciéndola más equitativa y con mayor recaudación
Si es verdad, como sostenía Benjamin Franklin en una célebre sentencia, que lo único cierto en la vida son la muerte y los impuestos, es probable que el diputado Gabriel Elorriaga (PP) y el exministro Miguel Sebastián (no está claro si continúa siendo del PSOE) hayan comenzado una larga amistad.
Elorriaga y Sebastián –dos heterodoxos dentro de la línea oficial de sus respectivos partidos–están de acuerdo en algo. Y no es, precisamente, irrelevante. La política redistributiva (en última instancia una de las funciones clásicas de los impuestos) debe descansar, fundamentalmente, en el gasto público, y no de forma casi exclusiva en el nivel de presión fiscal.
O lo que es lo mismo. Las políticas impositivas deben buscar un solo objetivo: ser eficientes para lograr, precisamente, la suficiencia y la equidad en la recaudación. Pero no a cualquier precio. Lo que se propone es subir los impuestos indirectos (en particular el IVA) y bajar los directos, toda vez que, según Elorriaga, son “distorsionadores”. Pone un ejemplo: el país con más paro de Europa (junto a Grecia) también es, paradójicamente, uno de los que más gravan el factor trabajo. En su opinión, estamos ante una auténtica “aberración”.
Miguel Sebastián tiene una vieja solución: implantar eltipo único en el IRPF. Es decir, pasar de un sistema fiscal en el que prima la progresividad (IRPF) –con varios tipos en función de la base imponible–a uno de carácter proporcional que anule en parte un principio constitucional: que se pague en función de la capacidad económica de cada contribuyente. Parafraseando a John Lennon, sostiene Sebastián de forma socarrona: "Give Flat Tax a Chance".
Vídeo: Estas son las"pautas para una reforma fiscal inexcusable”
Es decir, "¡Dad una oportunidad al tipo único!" para lograr suficiencia, eficacia y equidad, en última instancia los objetivos de cualquier sistema fiscal moderno. Ahora bien, yendo hacia la convergencia en los tipos impositivos del resto de tributos para no crear distorsiones.
El economista Juan Francisco Martín Seco, exinterventor general del Estado con Felipe González, califica estas propuestas –y lo que se han hecho en las últimas dos décadas–de 'contrarreforma fiscal”. Y pone una fecha a ese Trento fiscal.
El revisionismo fiscal comenzó en 1998, cuando el primer Gobierno Aznar sacó adelante su reforma fiscal e incluyó una novedad: sacar a las rentas del ahorro -en realidad son las rentas del capital, asegura Martín Seco-, de la base general del impuesto, lo que en la práctica ha supuesto un “claro privilegio” frente a las rentas de trabajo. Su posición es que la función redistributiva tiene que hacerse no sólo desde el lado del gasto, también de los ingresos. Y por ello reclama que tanto el Impuesto sobre el Patrimonio como el de Sucesiones vuelvan a ser “piezas esenciales” del sistema tributario.
Elorriaga, Sebastián y Martín Seco forman parte del grupo de expertos que ha reunido la Fundación Foro de Foros para debatir sobre impuestos. Además de Jesús Gascón, exdirector general de Tributos, el inspector Francisco de la Torre y José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea.
Casi todo por hacer
Para Gascón hay una cosa clara: el sistema tributario español es manifiestamente mejorable. Y en ese sentido, reclama un sistema automático de deflactación de la tarifa del IRPF (una vieja promesa de los partidos que han gobernado cuando estaban en la oposición), una revisión en profundidad de los incentivos fiscales (que representan entre 3,5% y el 4% del PIB), una reducción de impuestos a las rentas del trabajo y, finalmente, compensar la subida del IVA con un recorte del IRPF. Algo más que necesario, según el inspector De la Torre, para quien lo importante es que aumenten las bases imponibles y no debatir sólo sobre tipos nominales.
¿Qué quiere decir esto? Pues ni más ni menos que hay que eliminar bonificaciones o deducciones, que, en opinión de todos, no sólo horadan la capacidad recaudatoria de Hacienda, sino, sobre todo, no sirven para nada. O incluso, para lograr justo lo contrario de lo que pretendía el legislador, como sucedió con las desgravaciones por la compra de pisos, que fueron claramente procíclicas y ayudaron a que el precio de la vivienda se disparara.
La crítica del sistema impositivo no acaba ahí. Si hay un tributo que es un “desastre”, en palabras de De la Torre, ahora asesor de Ciudadanos, es el Impuesto de Sociedades, que ahora recauda apenas 18.000 millones de euros, lo que supone dos veces y media menos que al comienzo de la crisis. Fundamentalmente, por el pinchazo del ladrillo, pero también por la existencia de créditos fiscales a las empresas con pérdidas que irán mermando la recaudación en los próximos años. Y lo que no es menos relevante:como sostiene Martín Seco, los años van pasando y sigue sin haber armonización en Europa, lo que provoca una competencia a la baja que reduce la capacidad recaudatoria para hacer políticas públicas.
Jesús Gascón ofrece una comparación inquietante. De los últimos 15 años, en doce de ellos, Irlanda con un tipo impositivo en sociedades del 12,5%, ha obtenido con ese impuesto una recaudación fiscal sobre el PIB superior a la que ha conseguido España con un tipo impositivo en torno al 30%. “Algo se está haciendo muy mal”, sentencia.
No es, por lo tanto, cuestión de tipos. Al menos en Sociedades. Cosa muy distinta es en el IVA. España se sitúa en el puesto 28 de los 28 países de la UE (antes de la última incorporación) en términos de recaudación. Y no por el tipo general (21%), sino por el reducido, que afecta a sectores económicos tan relevantes como el turismo y la hostelería.
“Dos tercios del volumen inferior de recaudación que obtiene España en relación a otros países europeos se explican por la cesta de productos a los que se les aplican el IVA reducido y superreducido, el tercio restante se explica en gran medida por el régimen actual de módulos”, sostiene Elorriaga. Su receta es la misma que la del FMI o el Banco de España: “La mejora de la recaudación por el IVA pasa ineludiblemente, asegura, por el cambio en los tipos reducidos y superreducidos y en el sistema de módulos”. El ministro De Guindos ha dicho que España tiene su hoja de ruta. Veremos.
Si es verdad, como sostenía Benjamin Franklin en una célebre sentencia, que lo único cierto en la vida son la muerte y los impuestos, es probable que el diputado Gabriel Elorriaga (PP) y el exministro Miguel Sebastián (no está claro si continúa siendo del PSOE) hayan comenzado una larga amistad.