Es noticia
Viaje al centro del servicio de inteligencia
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Viaje al centro del servicio de inteligencia

Uno de los arcanos más acendrados por estos lares es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que, por serlo, da pie a múltiples especulaciones, generalmente estultas y sin el menor sentido. Porque si algo es un servicio de información e inteligencia, qu

Foto: Félix Sanz Roldán (Efe)
Félix Sanz Roldán (Efe)

Uno de los arcanos más acendrados por estos lares es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que, por serlo, da pie a múltiples especulaciones, generalmente estultas y sin el menor sentido. Porque si algo es un servicio de información e inteligencia, que son cosas distintas si bien el personal tiende a confundir los términos, es rigor y secreto, justamente para ser eficaz.

Felipe González, se lo oí personalmente yo con estos oídos que se comerán la tierra, solía decir que no había conocido mayor servidor del Estado que el entonces jefe del Cesid, teniente general Emilio Alonso Manglano, que luego acabó malamente por un quítame ahí unas escuchas y al que el coronel Perote, su jefe operativo, le birló la lista completa de agentes para entregarse a Mario Conde, vía Jesús Santaella. Pretendían, en efecto, chantajear al Estado.

Siempre tuve el máximo interés periodístico por conocer las tripas del Centro en la siempre mentada y madrileña Cuesta de las Perdices. Tiene que saber el personal que el Servicio siempre tiene un juez del Tribunal Supremo “a su servicio” porque tras aquellos lodos sus jefes se la cogen con legajos judiciales ante cualquier menester.

El paso de los dos civiles al frente del Centro, primero el gobierno Aznar colocando al diplomático Jorge Dezcallar so pretexto de ser un especialista en el mundo islámico -embajador en Marruecos, tras colaborar estrechamente con el gobierno de Felipe González- y luego Alberto Saiz, amigo personal del entonces ministro de Defensa, José Bono- se han saldado con fiascos netos y latos. El primero no se enteró de nada (11-M) y el segundo utilizó fondos y medios del CNI para uso particular.

De modo y manera que la ministra Chacón cooptó a Félix Sanz Roldán, ex Jemad, y luego la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría lo confirmó.

Los españoles no solemos dar mucha importancia a lo nuestro y mucho menos a lo que desconocemos. Desconocemos que tenemos uno de los servicios mejores del mundo y, en algunos temas, puntero como es el caso de la lucha contra el terrorismo islámico. Lo acreditan el M-5, la CIA, el Mossad o el SSE francés.

El actual titular del CNI, con excepciones, no cree en los compartimentos estancos en una sociedad como la actual. Los portones del complejo son pesados, natural, y aun así creo que los españoles, de conocerlo, se sentirían orgullosos de sus agentes de campo y sus analistas. Quedarían impresionados por el grado de modernidad y lo exportable del asunto. Los tiempos están cambiado.

Uno de los arcanos más acendrados por estos lares es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que, por serlo, da pie a múltiples especulaciones, generalmente estultas y sin el menor sentido. Porque si algo es un servicio de información e inteligencia, que son cosas distintas si bien el personal tiende a confundir los términos, es rigor y secreto, justamente para ser eficaz.

Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán