Lehendakaris del PP sin gasolina

Queda poco más de año y medio para que se celebren elecciones municipales y autonómicas, que vendrán tras las europeas de mayo 2014, unos comicios capitales donde los haya tanto para el PP como para el PSOE.

Si no fuera por Bárcenas, a estas alturas las principales dudas que flotan en el partido en el gobierno respecto a candidatos y territorios estarían ya solventadas. Pero no es tal.

Los que optarán con toda seguridad serán Ignacio González por Madrid (salvo incendio inapagable con Moncloa), Luis Fernanda Rudí en Aragón, María Dolores de Cospedal en Castilla la Mancha, José Ramón Bauzá en Baleares y en general el resto de las autonomías incluyendo las diferenciales como Galicia, donde el poder de Alberto Núñez Feijóo es intocable.

La cuestión a medio plazo es Murcia, donde Ramón Luis Valcárcel cree llegado su fin, Castilla y León, donde Juan Vicente Herrera quiere decir basta y La Rioja, donde Pedro María Sanz dice de él mismo estar ya para otros menesteres.

Para Murcia se apunta el nombre de Jaime García Legaz, exsecretario general de FAES y ahora mismo un exitoso Secretario de Estado de Comercio (ministerio de Economía, Luis de Guindos), murciano de origen y con ambición de convertirse en político estrictu sensu.

Está por ver qué ocurre en Castilla y León si Juanvi decide no soportar las presiones de Madrid, es decir, del propio presidente Rajoy. En La Rioja, Sanz se ha ganado la posibilidad de dictar sucesor a título de candidato. Es persona particularmente querida por el comandante en jefe.

Tengo algunos nombres más, algunos sorprendentes e incluso sorpresivos. En Asturias, el PP busca de una vez por todas asentar su poder sobre nombres sólidos. Me apuntan que no están contentos con cherines y Mariano Rajoy estaría dispuesto a repescar al viejo represaliado del aznarismo, Enrique Fernández-Miranda, Duque de Fernández-Miranda, que lleva años ganando una pasta gansa en PriceWaterhouseCooper (PWC). El duque me dice que no pero yo digo que sí. Otra cosa es que la operación cuaje.

Luego viene la gran, perenne e inacabada cuestión andaluza. Fátima Báñez apunta formas y a la fuerza ahorcan. Y Madrid, oiga, Madrid. El nombre de Esperanza Aguirre, pese a todo, no se borra.

Ahora lo esencial para los que tiene fija la plaza como los que aspiran a ella es que el Gobierno les de algo de árnica para poder defender sus posiciones sin tener que colocarse el casco a la salida de sus residencias.

¡Ah!, se me olvidaba. Cataluña. Tengo para mí que Xavi García-Albiol, el gran alcalde de la tercera ciudad catalana (Badalona), cuenta con todas las papeles para sustituir, llegado el caso, a una superada Alicia Sánchez-Camacho.

Las encuestas dice que Xavi, tipo de altura y con solvencia práctica, podría hacer retornar algunos votos al canasto PP, que la lleva cruda y santa en las tierras del poeta Maragall. ¡Collons!