El informe Yunque que preocupa a la Iglesia

Me llegan unos folios a propósito de un informe redactado por el profesor de Toledo Fernando López Luengos, al parecer encargo directo de un prelado con solideo y mucho respeto, a propósito de la sociedad católica Yunque, de origen mexicano, y sobre la que pesan no sé cuántas sospechas respetco a su poder, infiltración e influencia en diferentes organizaciones y sectores de corte católico. Siempre se les adjunta control sobre entidades como Hazte Oír, Derecho a Vivir, Profesionales por la Ética y un largo etcétera.

Me da la impresión de que la Iglesia –tras el monumental escándalo de los Legionarios del padre Maciel y en relación con el propio fundador, también mexicano- no se anda ya con bromas en estas cuestiones y no va a permitir que bajo su palio medren sociedades de tipo secreto o escasamente transparente. Mucho menos tras la llegada del ’huracán’ Francisco que ya desde sus tiempos bonaerenses tenía su mesa de trabajo abierta y su sacristía sin cortinas.

Los émulos del “Código da Vinci” lo tienen crudo en el nuevo mapa de la Iglesia universal. No son tiempos estos para el conciliábulo ni los intereses sec-tariales en la organización religiosa más importante del mundo cuyo jefe viste de blanco y sus bolsillos son transparentes.

Por eso hay que saludar y valorar en lo que merece el ejercicio de transparencia que viene realizando Fernando Giménez Barriocanal, principal edecán en las cosas económicas de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Soy de los que ponen la X en la casilla de la Iglesia y tengo derecho a saber –como tantos millones de contribuyentes españoles- cómo se administra el dinero que entregamos con destino básicamente a la solidaridad y al mantenimiento de las labores de la Fe.

No voy a reproducir el informe sobre el Yunque del profesor López Luengos. Pero si tendríamos que exigir a los yunqueros que si se amparan e invocan el nombre de la Iglesia de Cristo podamos conocer hasta su último entresijo. Aunque pudieran conducirnos al escándalo.