Es noticia
La capitana aragonesa ajustició a Monago, el lloroso
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

La capitana aragonesa ajustició a Monago, el lloroso

Nunca había visto a lo largo de mi ya dilatada vida periodística algo similar. Un ‘lehendakari’ cuitado y al uso despertando a la peña un viernes

Foto: Carlos Floriano, José Antonio Monago y Javier Arenas, el pasado viernes. (Efe)
Carlos Floriano, José Antonio Monago y Javier Arenas, el pasado viernes. (Efe)

Nunca había visto a lo largo de mi ya dilatada vida periodística algo similar. Un ‘lehendakari’ cuitado y al uso despertando a la peña un viernes a las nueve de la mañana para contarla su vida. Resulta que ni anuncia la dimisión ni dios que lo fundó. Presidente, leche, que aquí lo que realmente nos pone es la sangre.

Tengo para mí que los datos a propósito de los viajes a la dulce isla de Tenerife de José Antonio Monago, tampoco la dama merecía menos, han sido filtrados por cordiales amigos que militan en el mismo partido.Claro que esto nunca se sabrá fehacientemente si es que Ana Pardo de Vera no nos lo cuenta y por lo que veo (se lo he preguntado) no está por la labor.

Monago se había convertido en un personaje incómodo para mucha gente dentro del PP. Especialmente para aquellos que llevan toda la vida en el pesebre y aspiran a estarlo tras el próximo Congreso Nacional donde podría volver a repetirse una titánica lucha por el poder. Ahora de lo que se trata es de conseguir la “pole” y en ese sentido el presidente extremeño no terminaba de definirse.

La noche de autos (viernes de Convención en Extremadura actuando él de anfitrión) la capitana aragonesa, Luisa Fernanda Rudí, que es de las pocas dirigentes dentro de la alta dirección del PP que cuando habla se le escucha, le dijo a Monago mirándole directamente a los ojos en la mesa presidida por Mariano Rajoy:

-Mi diputado ya ha anunciado su dimisión… Mi diputado ya ha anunciado su dimisión…

Se hizo un silencio sepulcral, helador, cortante y asfixiante. Al jefe extremeño ya se le empezaron a humedecer los ojos mientras a su alrededor empezaron a distribuirse las fotos de la joven Olga María Henao, que tampoco se corta un pelo.

Se lo dije a Sergio Martín nada más estallar el cristo: ¡Esta chica va a dar mucho juego!

Lo dicho. Esto no ha hecho más que empezar.

Nunca había visto a lo largo de mi ya dilatada vida periodística algo similar. Un ‘lehendakari’ cuitado y al uso despertando a la peña un viernes a las nueve de la mañana para contarla su vida. Resulta que ni anuncia la dimisión ni dios que lo fundó. Presidente, leche, que aquí lo que realmente nos pone es la sangre.

José Antonio Monago