Javier Bardají, un muchacho en la coyuntura Atresmedia

En Atresmedia, uno de los grandes portaviones de la comunicación en España, saben que durante el año recién inagurado van a pasar cosas sustancialmente importantes en ese grupo, donde hay tantas contradicciones internas e intereses tan cruzados que algún pesimista se atrevería a decir que terminarán por fagocitarse a sí mismos.

Y estando como estamos en tiempos de turbulencia hay quien se empeña –desde el poder–en hacer ejercicios de escarceo para saber a quién habría que apuntar derivas, cuando no deslices. Me estoy refiriendo, obviamente, al grupo de San Sebastián de los Reyes. He sido testigo presencial de una conversación entre una persona de la máxima relevancia en esa casa y unafémina del gran poder político en España. Salió el nombre de un tal Javier Bardají, al que no tengo el gusto de conocer. Sime permito colegir con una cierta justeza lo oído y cribado, concluiré que estaría en presencia de un ser/factor o un factor/ser sustancial para entender algo de lo que se ventila en aquella acaudalada casa.

Es verdad que la formación y principales “inputs” deBardají Hernández(Barcelona 1966) vienen predeterminados por obras corporativas en el Opus Dei,lo cual significa exactamente lo que hay que significar. Ni un dato más arriba o abajo.Y digo yo que tampoco en su currícula de empresas para las que ha trabajado –Telecinco, Vocento, Unedisa–aparece ningún dato que haga suponer que estamos en presencia de un stajanovista que se abanica a orillas del Mekong ni haya hecho ningún training en la Tirana de Hoxa.

Pero le apuntan. Con mira telescópica. Otra cosa es que los disparos sean certeros y las balas tengan un componente de artificio.

Lo dicho: ahí, como en el barrio de Fuencarral, van a pasar cosas; me malicio que más al estilo Lampedusa, esto es, cambiar algo para que lo sustancial siga exactamente igual. Sucede, sin embargo, que en la actual coyuntura española una herradura termina por hacer primavera.