“Tortuga” Carmona frente a “Liebre” Aguirre

De todas las muchas y variadas batallas electorales del 24-M, sin duda la más excitante es la que se cierne sobre la muy sucia e inmortal ciudad de Madrid, rompeolas de todas las Españas.

No ignoro que las mayorías absolutas –tan caras durante los últimos cinco lustros para el centroderecha–son prácticamente imposibles, y que el partido más votado tendrá que buscar a derecha e izquierda acompañamientos para poder formar gobierno municipal que encare los muchos y variados problemas de una de las ciudades más importantes de Europa.

Esperanza Aguirre Gil de Biedma –63 años, victoriosa de un cáncer, corajuda superviviente en mil envites–está poniendo la determinación de la victoria en una apuesta personal que transciende las meras fronteras partidarias del charrán.

Antonio Miguel Carmona, el líder socialdemócrata capitalino, lleva ya meses pateando barrios y parroquias y adobando su campaña con los eslóganes más ingeniosos y las frases más imaginativas que hacen las delicias de sus muchos amigos en los medios. Lo que no sé es si algunas de ellas serán entendidas por el pueblo llano.

Se pongan como quieran los edecanes de los partidos bisagra, que tampoco vienen mal para agitar el adormecido braserillo, el futuro alcalde(sa) de Madrid saldrá de estas dos formaciones (centroizquierda)/(centroderecha) secundados por los escoltas que cada uno pueda muñir a su alrededor.Pensar en mayorías al margen del PP y del PSOE se me antoja un ejercicio de noche jaranera, lo que no quiere decir que no pueda producirse. ¡Uno a estas alturas de su vida puede esperar cualquier cosa! Pero no será lo “normal”.

Yo lo que no me quiero perder en modo alguno es un debate a dos entre la señora Aguirre y el señor Carmona. Luego puede haber otros, sin duda. Pero nadie puede hurtarnos ese mano a mano entre la candidata popular a fuer de liberal y otro socialista a fuer de liberal.

Los dos entienden Madrid; ambos tienen una cierta idea de Madrid; Aguirre y Carmona son adversarios, no enemigos.