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La guerra civil de Garzón
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Graciano Palomo

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La guerra civil de Garzón

No me negaré nunca a una buena revolución. ¡Claro! Pero hoy los palacios de invierno están instalados en aquellos que predican para los demás, pero no tienen para ellos

Foto: El candidato a la presidencia del Gobierno por IU, Alberto Garzón. (Efe)
El candidato a la presidencia del Gobierno por IU, Alberto Garzón. (Efe)

Me dice mi colega y sin embargo amiga Esther Esteban, que acaba de entrevistar a Alberto Garzón, ese joven líder comunista de IU que todavía no ha regentado ni un estanco y al que Pablo Iglesias le ha merendado los yogures,que el muchacho malagueño está dispuesto a hacer la revolución con siglas o con martillos.

No me negaré nunca a una buena revolución, esto es, a aquella que sea capaz de combatir injusticias sin importar otras mayores que es lo que he visto en Cuba, sin ir más lejos. ¡Cómo no voy a animar al joven Garzón a intentar el asalto al palacio de Invierno! ¡Claro! Pero hoy los palacios de invierno están instalados en aquellos que predican para los demás, pero no tienen para ellos. Es decir, los miles de maestros ciruela que pululan como salvadores del pueblo cuando ni siquiera son capaces de aplicarse a sí mismos la cultura del mérito.

Tampoco creo que la revolución del siglo XXI –que desde luego tiene infinitos argumentos para producirse en un país como España–pase por frentepopulistas de los de antaño que sabemos también cómo empezaron y, sobre todo, cómo terminaron.

Garzón tiene que demostrar hoy y antes que nada que es mejor y más digno de confianza que su antiguo chófer. El mismo que le recogía en la estación de Atocha cuando aterrizaba en el AVE procedente de Málaga. Pero luego, y de forma inmediata, que es un muchacho con fuste intelectual y seriedad de planteamientos. Porque ese frente popular que preconiza no le conducirá a parte alguna y debería dedicar una tarde a estudiar la historia del PCUS y de las experiencias comunistas en diferentes partes del mundo.

Que no es Cayo Lara, a la vista está. ¡Ojo, Cayo tiene al menos el respeto que se merecen todas las personas que vienen del surco! Pero si cree que puede repetir el rol mesiánico de Julio Anguita es que es mucho más tonto de lo que creemos.

Ni España, ni Europa ni el mundo libre se merecen hoy guerras civiles ni retornos al túnel del pasado que contiene, además, muy serias derrotas para la causa que dice bendecir.

¡Muchacho: estudio, rigor, seriedad y sentido común! Esto último no suele costar dinero. Es gratis.

Me dice mi colega y sin embargo amiga Esther Esteban, que acaba de entrevistar a Alberto Garzón, ese joven líder comunista de IU que todavía no ha regentado ni un estanco y al que Pablo Iglesias le ha merendado los yogures,que el muchacho malagueño está dispuesto a hacer la revolución con siglas o con martillos.

Izquierda Unida Alberto Garzón