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La 'grandeur' de París barre la obscenidad nacionalista
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Graciano Palomo

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La 'grandeur' de París barre la obscenidad nacionalista

El presidente de la comunidad autónoma catalana debería tomar buena nota de lo que ha ocurrido durante tres días en Francia con ocasión del viaje del Rey. Apoyo sin fisuras al futuro de España

Foto: Los Reyes, en la Asamblea Nacional de París. (EFE)
Los Reyes, en la Asamblea Nacional de París. (EFE)

La dignidad con la que un rey se mordió los labios, sacó pecho y escuchó durante dos minutos sin pestañear, sin torcer el gesto, los gritos y silbidos de 70.000 sujetos maleducado sólo se ve en contadas ocasiones.

Ofender sin causa a título de odio inventariado y ex profesoa una vieja nación no parece el mejor pasaporte para que no te devuelvan la bofetada en esa guerra psicológica que los nacionalistas han abierto tan estulta como estúpidamente. El Estado democrático suele hacer sus guerras de forma civilizada y cabal ajustada a unos cánones exportables. Cuando llegue la ocasión, ese mismo pueblo, hoy desairado y humillado, podrá mostrar su serena pero implacable respuesta. Siempre será pacífica, civilizada, progresista y legal, por supuesto. Porque es al pueblo soberano al que se pitaba en el Camp Nou, en la persona de su máximo representante institucional y en su himno. Las increíbles groserías no pueden quedar impunes. Será una forma de demostrarse el pueblo a sí mismo su condición de colectividad respetable que se autoconsidera y estima y,al mismo tiempo, rechazar a los trabucaires exaltados, repletos de ponzoña nacionalista que se emboza tras argumentos manipulados y falsos tanto de ayer como los de hoy.

Lo que nos faltaba era comprobar que un gran futbolista que se ha hecho rico y famoso defendiendo la zamarra de España, en sus ratos de ocio y descanso en lugar de leer libros de Historia seria prefirió dedicarse al Monopoly.

Afortunadamente para el Rey, unos días más tarde, la gran Francia le devolvía en su justeza toda la dignidad y el valor que se merece un pueblo sufrido

Afortunadamente para el Jefe del Estado y, desgraciadamente para el tipejo de sonrisa conejil que tenía al lado, unos días más tarde, la gran Francia del socialista François Hollande le devolvía en su justeza toda la dignidad y el valor que se merece un pueblo sufrido, callado (en ocasiones demasiado), que hace ya muchos lustros arrancó sus cadenas. El París inmortal reconocía en el joven Rey el pasado, el presente y el futuro de nosotros mismos, todo ello escenificado en la Asamblea Nacional de la República donde muy pocos son los elegidos. Parlamento que dio ocasión a Felipe VI a consolidar un enorme discurso cabalmente europeísta, abierto, moderno y preñado de futuro con el que uno se puede identificar y aún mimetizar.

El presidente de la comunidad autónoma catalana -eso es lo que esestrictu sensu el señor Mas- debería tomar buena nota de lo que ha ocurrido durante tres días enla segunda potencia europea con ocasión del viaje de Estado de SM el Rey. Apoyo sin fisuras al futuro de España (sin desmembraciones ni desgarros) expresado vivamente por el primer ministro Manuel Valls -catalán y de izquierdas tirando al centro, que es lo molón-: “Usted representa la unidad de España y su futuro…”. Punto.

¿Más alto, Mas? ¿Más claro, Mas? Tome nota de lo que también ocurrirá cuando el Monarca dentro de poco visite Alemania, Italia, Holanda, Reino Unido. Si no le llega el presupuesto podemos hacer una ronda para comprarle una tonelada de kleenex.

Los españoles nos hemos olvidado y aún perdonado-con gran tino, sabiduría, justeza y precisión- nuestro pasado reciente de enfrentamiento cainita que a todos nos sembró de ceniza y oprobio. Pero lo que no podremos olvidar son aquellos que, interpretando a una parte, intentan hacerse pasar por el todo.

¡Mas, majo, que tu embajador en París te mande nota urgente acerca de lo que ha ocurrido en la tierra de la Revolución Francesa!

La dignidad con la que un rey se mordió los labios, sacó pecho y escuchó durante dos minutos sin pestañear, sin torcer el gesto, los gritos y silbidos de 70.000 sujetos maleducado sólo se ve en contadas ocasiones.

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