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Lío en la izquierda radical
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Graciano Palomo

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Lío en la izquierda radical

En la extrema izquierda, hablan de "unidad popular" los que han quedado descolgados, teóricamente, de los escaños, de la afición a los cargos y prebendas. Pero hoy por hoy, Iglesias es el jefe del corral

Foto: Pablo Iglesias, en la presentación de su candidatura a las primarias de Podemos. (Reuters)
Pablo Iglesias, en la presentación de su candidatura a las primarias de Podemos. (Reuters)

Bien observado y concluido el lío que se traen las gentes de la izquierda lo que se ventila es el poder y su lucha. El resto importa bastante poco. Como han empezado a pisar moqueta en ayuntamientos y diputaciones perciben ya un cierto olor de coche oficial. Es un olor inconfundible a visa gratis y a todo el oropel del que es capaz la abigarrada mamandurria hispana desde los tiempos de Chindasvinto.

De modo y manera que nada nuevo bajo el sol.

Hablan de “unidad popular” los que han quedado descolgados, teóricamente, de los escaños, de la afición a los cargos y prebendas. La última en llegar -nobleza obliga- ha sido Tania Sánchez, que ya hizo rica a su familia y después de jurar y perjurar que jamás estaría en Podemosla criatura invoca a todo el santoral para argumentar su subida a la nube. Estos tipos van a dejar a la intemperie a la casta.

Pablo Iglesias se comporta como el mayoral que sabe dispone de la mayoría de la grey. Actúa como jefe incontestable y se descojona ante los que creen tomarle por tonto. Les hará pasar por el aro y no permitirá lo más mínimo. ¡Si hasta Monedero le da besos en público!

El gran problema de la izquierda hispana (no sólo la política) es que nunca vivió como predica y como dice pensar. Dice una cosa y hace la opuesta. Y no están los tiempos para engañiflas y mercachifles.

Hoy por hoy el jefe de la barraca se llama Iglesias Turrión y todo aquel que quiera tener un lugar al sol tendrá que besarle la mano. Algunos de los ejemplos que estamos viendo estos días un veterano cronista de la cosa como yo jamás los habíamos visto en los últimos cuarenta años.

¡Vivir para ver!

Bien observado y concluido el lío que se traen las gentes de la izquierda lo que se ventila es el poder y su lucha. El resto importa bastante poco. Como han empezado a pisar moqueta en ayuntamientos y diputaciones perciben ya un cierto olor de coche oficial. Es un olor inconfundible a visa gratis y a todo el oropel del que es capaz la abigarrada mamandurria hispana desde los tiempos de Chindasvinto.

Tania Sánchez Juan Carlos Monedero