El puñal de Carmona busca el costado de Ferraz

Tras su fusilamiento sumario, comprando su propia bala, Antonio Miguel Carmona ha jurado vengar su honor sin reparar en gastos. Al fin y a la postre, lo único que hizo el mediático profesor de Economía –con su apoyo a Carmena y sus requiebros liberales- fue obedecer y ejecutar las órdenes que emanaban desde el cuartel general de Ferraz.

Algo se maliciaba el antiguo tertuliano pero nunca creyó que Sánchez&Luena se atrevieran a dar ese paso. Entre otras cosas, porque todavía late el cadáver caliente de su amigo Tomás Gómez. No es eso lo que ha calentado las meninges del profesor. Las formas. Se enteró de su suerte por una cadena de radio, que suele beber en las encenagadas fuentes socialdemócratas (la historia del PSM es la crónica de un carajal), y eso no lo perdonará mientras viva. Ha dicho, y me lo creo, que va a dedicar sus inquietudes políticas a liquidar la dirección federal del PSOE. No es el único dentro de la grey socialista.

Sánchez y su muchachada, que tiene el poder (no olvidarlo), y el poder en estas lides siempre es un grado, se lo juega todo al envite de diciembre. Si no consigue el poder o queda cerca es muy posible que todos los muertos que permanecen en la nevera se revuelvan con furor. Tengo información suficiente al respecto para poder escribir que tras la defunción de Carmona gentes muy cualificadas del partido se han dirigido a Pedro o César, indistintamente, para recordarles que en el socialismo -y en el madrileño en particular- hay unas reglas de juego (no escritas pero aceptadas) que vienen funcionando desde las desavenencias históricas entre Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto.

Será muy interesante comprobar cómo está de afilado el estilete Carmona cuando en la rentré empiece a disparar en los canales de televisión.

En democracia, decía el profesor Maurice Duverger, nadie tiene todo el poder.

¡Vamos a comprobarlo!