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Ni Merkel, ni Kerry, ni Junker ni Sarkozy votan en España
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Graciano Palomo

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Ni Merkel, ni Kerry, ni Junker ni Sarkozy votan en España

El problema para Mariano Rajoy es que continúa siendo para el gran público un arcano perfectamente desconocido

Foto: El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, levanta el brazo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al presidente del PPE, Joseph Daul, y la canciller alemana, Angela Merkel, en el Congreso del PPE en Madrid. (EFE)
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, levanta el brazo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al presidente del PPE, Joseph Daul, y la canciller alemana, Angela Merkel, en el Congreso del PPE en Madrid. (EFE)

Demasiados problemas juntos para que la madrugada del 20-D amanezca luminosa para las mesnadas del Partido Popular, si bien son muy pocos los que ponen en duda que será la formación más votada.

Ya es un axioma. Mariano Rajoy no es que administre los “tiempos”, es que los “agota”. En la noche del jueves 22 octubre el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que forma parte de ese particular y exclusivo círculo interior del presidente (G-5), se mostraba exultante sobre el resultado del reciente congreso del Partido Popular Europeo (mayoritario en la Cámara de Estrasburgo y primera potencia política de Europa) celebrado estos días en Madrid.

“A ver si es posible que los españoles se enteren de que fuera valoran la realidad española y la justeza de las reformas que este Gobierno ha sido capaz de llevar a cabo…”, dijo. Creo, señor ministro, que va a ser que no. Quedan sesenta días para el 20-D y es difícil que se visualice por la “ordinary people” española ese arrope de poderío incontestable por parte de Angela Merkel, Nicolás Sarzkozy, Jean Claude Junker, Barroso, Tusk y demás dirigentes liberal conservadores de la vieja europa. Les interesa más, digo yo, la última EPA que hemos conocido de esta legislatura.

El presidente ha dicho también algo obvio: sólo deseo continuar si soy el más votado. Natural. Pero es que incluso siendo el más votado le pueden birlar la poltrona monclovita.

Estas son ya unas elecciones muy 'ad hominem'. El PSOE, pese a sus 148 años de existencia y con 22 años de gobierno nacional a sus espaldas, presenta a su candidato, Pedro Sánchez, como un mirlo blanco recién llegado; y del tirón y encanto personal de Rivera ya se ha dicho y escrito casi todo.

El problema para Mariano Rajoy es que continúa siendo para el gran público un arcano perfectamente desconocido.

Y lo siento, presidente, no podrá usted ni desayunar, ni almorzar, ni cenar con todos los ciudadanos españoles que están inscritos en el censo.

Demasiados problemas juntos para que la madrugada del 20-D amanezca luminosa para las mesnadas del Partido Popular, si bien son muy pocos los que ponen en duda que será la formación más votada.

Angela Merkel