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¿Quién es el Boris Johnson español?
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Graciano Palomo

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¿Quién es el Boris Johnson español?

El Reino Unido ha dejado claro que se puede tener un ministro de Exteriores que hable latín y sea un chorroborro. Pero ¿cuál sería su par en España?

Foto: Boris Johnson, ¿tiene parecidos entre los políticos españoles?
Boris Johnson, ¿tiene parecidos entre los políticos españoles?

Lo único que pueden enseñar los políticos británicos a sus homólogos españoles es que aquellos dirimen sus contradicciones en horas y dimiten en minutos. En las equivocaciones van parejos, incluso los de la pérfida isla los superan en lo del esperpento.

Ahí tienen al “payaso con flequillo”, como le conocen en 'The Guardian', convertido en el “escenario del horror” (Junkers 'dixit') para demostrar al mundo que Gran Bretaña puede tener nada menos que a un ministro de Asuntos Exteriores que puede hablar latín y ser un chorroborro al mismo tiempo.

Al contemplar a tan singular personaje -que corrió a esconderse presa del pánico cuando su victoria en el Brexit-, he pensado si tiene Boris su par en España. Por sus contradicciones, por su jeta inmensa, por su capacidad para mentir y, sobre todo, para montar espectáculos hueros.

Si se trata de montarla a todas horas y por cualquier circunstancia ahí podría encontrarse (incluso en Gibraltar) con nuestro sin par García-Margallo

Me gustaría conocer la opinión de los lectores. ¿Quién es, en su opinión, el Boris Johnson español? ¿Hay varios?¿Ninguno? ¿Muchos?

Porque si se tratara de buscar parecidos en las mentiras podríamos encontrarnos con Pablo Iglesias. Si lo fuera por decir una cosa y la contraria en menos de 30 minutos, nos hallaríamos ante Albert Rivera; si acaso, por importarle una higa lo que de uno digan, sin duda, el parecido sería con Rajoy y, finalmente, si por la nimiedad del mensaje y el deambular como pollo sin cabeza el premio sería para Pedro Sánchez. De modo y manera que hay para todos.

Pero si se trata de montarla a todas horas y por cualquier circunstancia, ahí podría encontrarse (incluso en Gibraltar) con nuestro sin par García-Margallo, que como artista no hay otro en la pista.

¡Boris, consuélate, sir, no estás solo!

Lo único que pueden enseñar los políticos británicos a sus homólogos españoles es que aquellos dirimen sus contradicciones en horas y dimiten en minutos. En las equivocaciones van parejos, incluso los de la pérfida isla los superan en lo del esperpento.

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