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PSOE: de la "liquidación" a la lenta "extinción"
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Graciano Palomo

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PSOE: de la "liquidación" a la lenta "extinción"

Si el PSOE de Pedro Sánchez opta por facilitar el mantenimiento de Rajoy en el poder sufriría de inmediato una revuelta de sus bases y cuadros más radicales

Foto: Reunión de la Ejecutiva del PSOE. (EFE)
Reunión de la Ejecutiva del PSOE. (EFE)

Puede el lector compartir o no los argumentos de la dirigencia socialista a propósito de su 'nokhruscheviano'a la investidura de Mariano Rajoy pero, al menos, son coherentes desde el punto de vista de la lógica y el interés partidario, aunque choque inmediatamente con losgenerales del país, que deberían tener prioridad ante losmenores.

Porque todos estaremos de acuerdo en que si el PSOE de Pedro Sánchez opta por facilitar el mantenimiento de Rajoy en el poder sufriría de inmediato una revuelta de sus bases y cuadros más radicales y muchos votos se trasladarían 'ipso facto' a Podemos,que es lo que en el fondo están esperando Pablo Iglesias y sus amadísimos cuates. Lleva razón en esto el segovianoÓscar López, quizá el dirigente más 'centrado' en estos momentos y con más munición argumental en sus baterías de cuantos compañeros de viaje acompañan en su particular caminata al jefe socialista.

Sería, por decirlo todo, la “liquidación” del viejo partido que fundara Pablo Iglesias y que luego recogieran con éxito descomunal Felipe González y Alfonso Guerra, con un posterior resultado letal para España tras un tal José Luis Rodríguez Zapatero que pasaba por allí cuando José Bono quiso quedarse con el rosario de la madre de Joaquín Almunia.

Sánchez ha perdido ya la única batalla que el PP ha ganado en los últimos lustros en comunicación: hacerle responsable del “impasse” y el “bloqueo”

Puede suceder, sin embargo, que el PSOE corra el peligro de pasar de la “liquidación” a la “extinción” sosa y paulatina. En esta tan increíble como valleinclanesca carrera por formar gobierno, Sánchez ha perdido ya la única batalla que el PP ha ganado en los últimos lustros en materia de comunicación: hacerle directamente responsable del “impasse” y el “bloqueo”. ¡Hace falta, oiga, mala suerte! Que el PP te gane una batalla comunicativa tiene su aquel. Pues lo está consiguiendo se mire por donde se quiera.

Los que de alguna forma posibilitamos en su día que Sánchez se hiciera cargo de la socialdemocracia española frente a las pretensiones de Madina -en el fondo era un compañero de tertulia televisiva y eso siempre crea lazos intangibles- creíamos que, en efecto, se trataba de un dirigente de nuevo cuño -porte aparte- que había superado las heridas históricas del pasado guerracivilista. Máxime cuando procede de una familia pequeñoburguesa de clase media-alta.

Nuestra sorpresa ha sido comprobar que en lugar de seguir la senda marcada en su día por Felipe González ha preferido acostarse en las madrigueras del zapaterismo del que yo mismo le oí abjurar. Lo último ha sido lo de su expedientada y leal compañera/enemiga o enemiga/compañera Martu Garrote: “Si fracasa Rajoy y vamos a las terceras elecciones, el PSOE debería ponerse una gestora, elegir nuevo candidato, nueva dirección y nuevo proyecto…”.

Y en esas estamos, mis queridos amigos. Y en estas seguimos.

Puede el lector compartir o no los argumentos de la dirigencia socialista a propósito de su 'nokhruscheviano'a la investidura de Mariano Rajoy pero, al menos, son coherentes desde el punto de vista de la lógica y el interés partidario, aunque choque inmediatamente con losgenerales del país, que deberían tener prioridad ante losmenores.

Pedro Sánchez Óscar López Alfonso Guerra