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De Guindos, amenazado: de Monti a Macron
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Graciano Palomo

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De Guindos, amenazado: de Monti a Macron

Lo que Mariano Rajoy quería de Luis de Guindos era que viajara por el mundo para vender tranquilidad y buenos alimentos de España. Punto. El choque con Montoro se hacía inevitable

Foto: El ministro en funciones Luis de Guindos en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados. (EFE)
El ministro en funciones Luis de Guindos en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados. (EFE)

Si eso son unas 'memorias' yo soy accionista de Inditex. A Luis de Guindos le tocó la bonoloto cuando después de haber sido el jefe en la Península Ibérica de Lehman Brothers (durante la quiebra) se dedicaba a escribir artículos en un suplemento de escasa lectura en el diario 'El Mundo' –más bien para pijos– y a dar clases en el Instituto de Empresa.

Mariano Rajoy (y su mayoría absoluta) decidió cooptarlo como ministro de Economía y Competitividad –con esa tendencia hacia lo fatal en cuestión de nombramientos que Dios le ha dado– sin saber exactamente los argumentos, y le ponía de secante a Cristóbal Montoro, que es el que realmente cargó con la quiebra del país. En realidad, lo que el jefe del Gobierno quería de Luis era que viajara por el mundo –especialmente al Eurogrupo– para vender tranquilidad y buenos alimentos de España. Punto. El choque con Montoro se hacía inevitable.

Bien. El resto de la historia es de todos conocida. Ahora viene con sus 150 páginas y saca a pasear el pollino dejando entrever que si no se produjo el rescate del Reino de España se debe a su reluciente alopecia. Cualquier mediano conocedor de aquellos terribles años –que parece que estamos condenados a repetir– sabe que fue la cerrazón galaica de Rajoy y su capacidad de resistencia en la adversidad (“quien resiste gana”) lo que permitió sortear aquel abismo. Desde dentro –ministros– y desde fuera –banqueros, empresarios, socios en la UE– aporreaban a diario la puerta de su despacho monclovita cuasi exigiendo la petición de rescate. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad.

Empieza a correr por las alcantarillas madrileñas que lo que realmente pretende De Guindos es volver a postularse a título de 'solución Monti'

Ahora viene este funcionario del Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado a pasear una burra con los dientes picados. Y, sobre todo, a tratar de birlar a su jefe el único input realmente llamativo de su legislatura. ¡Increíble! Pero cierto.

Empieza a correr por las alcantarillas madrileñas que lo que realmente pretende De Guindos –dada la situación anémica de la vida política española– es volver a postularse a título de 'solución Monti' o si se prefiere por ser más actual y moderna 'solución Macron' y además es francesa, que conlleva más ingredientes de 'glamour'. Recordar al respecto que Emmanuel Macron (Amiens, 1977), también un alto funcionario francés, especialista en inversión bancaria, trabajó y acabó siendo socio en la Banca Rothschild; llegó al Palacio del Elíseo como asesor económico de François Hollande y fue después ministro de Economía hasta el 30 de agosto del presente año, cuando dimitió para dedicarse al movimiento político En Marcha con el que disputar el propio Palacio del Elíseo.

El futuro es un arcano. Por lo tanto, desconozco cuál será el final del 'rally' que ahora mismo corre desaforado el señor De Guindos. Solo me permito afirmar que solo la verdad aguanta el devenir del tiempo. Y en ese libro hay demasiada oscuridad y silencio. Y quizá escasean los datos.

-Entonces, ¿por qué Rajoy se apresta a presentar un libro de ese porte?

-¡Cosas de Mariano!, me responden.

Si eso son unas 'memorias' yo soy accionista de Inditex. A Luis de Guindos le tocó la bonoloto cuando después de haber sido el jefe en la Península Ibérica de Lehman Brothers (durante la quiebra) se dedicaba a escribir artículos en un suplemento de escasa lectura en el diario 'El Mundo' –más bien para pijos– y a dar clases en el Instituto de Empresa.

Luis de Guindos José Manuel Soria