Podemos: un patio de colegio con 67 diputados

Ignoro si cada atardecer los estrategas de Podemos cierran sus ahora enmoquetados despachos por cuenta del contribuyente anotando el 'numerito' a montar nada más despuntar el alba del nuevo día. Pero si los hubiera o hubiese, definitivamente, son unos genios.

Ignoramos casi todo sobre sus recetas para combatir el paro (salvo contratar a un millón de nuevos funcionarios), cómo piensan redistribuir el agua cada día más escasa en España, cómo consolidar el gasto en Sanidad, Pensiones y Educación (salvo incautar el dinero a los ricos que lo tienen en el exterior) y así hasta el infinito.

Suma y sigue. Nunca me he creído que Íñigo Errejón aspirase seriamente a desbancar la hegemonía de Pablo Iglesias en ese complejo conglomerado que se cobija bajo las siglas de Podemos, que ha sido, conviene no olvidarlo, el experimento político más exitoso en poco tiempo desde la Unión de Centro Democrático (UCD). Otros pequeños detalles. UCD se levantó desde el poder y Podemos, de la calle y las televisiones de los grupos mediáticos privados.

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Iván Gil

Bien, decía que ahora empiezo a creerme que el lío interno es de aurora boreal. Y desde esa creencia mantengo que Iglesias tirará al río Manzanares (metafóricamente escribiendo, naturalmente) a todo aquel que ose interponerse en su camino.

El cuerpo exánime de Errejón parece ser el primero. Antes ya hubo unos cuantos.