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Venezuela, 2017: el tirano continúa
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Graciano Palomo

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Venezuela, 2017: el tirano continúa

No puede comprenderse que alguien como Nicolás Maduro siga al frente del país caribeño. La libertad y la democracia deberían volver a las calles del país antes de que termine el año

Foto: Presidente maduro entrega viviendas de plan "gran misiÓn vivienda venezuela"
Presidente maduro entrega viviendas de plan "gran misiÓn vivienda venezuela"

El jefe de la Iglesia católica en Venezuela ha llamado a los fieles a rebelarse contra la tiranía de Maduro y su muchachada populista. El llamado tiene su aquel porque el todavía presidente caribeño presume de ser amigo del papa Francisco e incluso uno de sus más fervientes fieles. Religión al margen, aquí lo que está en juego es la pervivencia del sistema democrático y la restauración de las libertades en un país hermano como Venezuela.

A diario me encuentro con venezolanos que han huido de aquella tragedia o de otros que están en trance de hacerlo. La queja es siempre la misma: fascismo disfrazado, corrupción, dictadura, caos, miseria y miedo. España no debería quedar al margen de ese inmenso lodazal en el que se ha convertido el bolivariano régimen. Me refiero al Gobierno y a las instituciones públicas españolas, porque el pueblo llano nunca ha abandonado a esa pobre gente que habla nuestro mismo idioma y valora en lo que vale cualquier apoyo.

Foto: Venezolanos cargan con bienes tras un saqueo en La Fría, el 17 de diciembre de 2016 (Reuters).

Mariano Rajoy es un primer ministro extraordinariamente cauto, incluso hasta en demasía, y aunque ha recibido convenientemente a todos los líderes de la oposición venezolana medianamente relevantes, es un hecho cierto que se tienta la ropa antes de abrir cualquier melón si está en juego algún interés económico en aquel país que otrora fue rico y opulento. Incluso cuando el propio Nicolás Maduro le insulta personalmente cada día.

Es una auténtica vergüenza para la comunidad iberoamericana que un tipo como Maduro continúe al frente de Venezuela. La sociedad civil no ha sido capaz, pese a su esfuerzo, de ponerlo democráticamente fuera de combate por las razones que todos sabemos. Es desde esa sociedad civil y sus corolarios desde donde se derriban hoy a tiranos y sátrapas.

No deberían pasar otros doce meses sin que antes la libertad y la democracia vuelva a las calles de la siempre optimista Venezuela. Quizá solo entonces conozcamos también cuál ha sido el rol jugado por gentes como Monedero y Errejón, entre otros, en aquel régimen y por qué precio.

El jefe de la Iglesia católica en Venezuela ha llamado a los fieles a rebelarse contra la tiranía de Maduro y su muchachada populista. El llamado tiene su aquel porque el todavía presidente caribeño presume de ser amigo del papa Francisco e incluso uno de sus más fervientes fieles. Religión al margen, aquí lo que está en juego es la pervivencia del sistema democrático y la restauración de las libertades en un país hermano como Venezuela.

Nicolás Maduro