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Confesiones del hombre de Merkel en España
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Graciano Palomo

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Confesiones del hombre de Merkel en España

La diferencia fundamental entre la Alemania de Merkel y la España de Rajoy, en opinión del doctor Hofmeister, es, sin duda, la capacidad que tiene la clase política germana para el “consenso”

Foto: Angela Merkel y Mariano Rajoy. (EFE)
Angela Merkel y Mariano Rajoy. (EFE)

En la semana que termina tuve uno de los encuentros informativos privados más interesantes de los últimos tiempos.

Wilhelm Hofmeister, director en la península ibérica de la poderosa y definitiva Konrad Adenauer Stiftung, tuvo a bien citarme en el privativo Madrid de los Austrias (¡faltaría más!), estos alemanes son muy suyos y fieles, y mantener un discurso abierto y privado sobre todos los temas de gran actualidad en España, Alemania y Europa.

La virtualidad de las informaciones de Hofmeister es que parten de una persona que representa de alguna manera a la canciller teutona en España. Y por tratarse, obviamente, de un cualificado personaje del 'made in Deutschland' en vigor.

El doctor Hofmesiter sostiene en un tono y argumentación germánica que Mariano Rajoy ha cosechado un “gran respeto” entre los notables de Berlín, especialmente en la canciller Angela Merkel. Se trata de una persona seria y rigurosa en un magma hispánico generalmente conocido en aquellos lares como poco solvente.

En Alemania la democracia tiene un valor financiero, aquí no. Otra diferencia neuronal: allí no se roba al Estado para financiar al partido, aquí sí

Me interesa conocer muy particularmente cuál era la opinión del 'entourage' alemán acerca del fenómeno Podemos: se trata de la religiosidad de lo público. Punto y sin apartes.

La diferencia fundamental entre la Alemania de Merkel y la España de Rajoy, en opinión del doctor Hofmeister, es, sin duda, la capacidad que tiene la clase política germana para el “consenso” y para muñir, llegado el caso, gobiernos de concentración nacional o coalición entre las dos grandes fuerzas políticas.

Algo sí tienen ambos países en común. En el país de Goethe la democracia tiene un valor financiero, aquí no. Y otra diferencia neuronal: allí no se roba al Estado para financiar al partido, aquí sí. La previsión es que la canciller Merkel continúe en su despacho de Berlín otra legislatura como mínimo. Incluso, acariciando una alianza entre la CDU/Verdes y liberales.

¿Y el PP?, pregunto. Está aprendiendo a dialogar y esto es importante. Para Wilhelm lo más importante es la preparación de las nuevas generaciones de dirigentes españoles de centro derecha. En ellos han puesto sus esperanzas. ¡Un país serio!

En la semana que termina tuve uno de los encuentros informativos privados más interesantes de los últimos tiempos.

Angela Merkel