¿Quiere Sánchez ser presidente solo de Castilla?

“Hay muchas ocurrencias que no deben ser tomadas en cuenta”, dijo José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y el hombre de Ferraz al aparato, cuando escuchó que sus conmilitones en Baleares proponen una “federación de islas” en plan repúblicas independientes al estilo veneciano.

Claro que él, pocas horas antes, había lanzado la idea de una “quita” de la enorme deuda catalana que la Generalitat mantiene con el resto de los españoles a los efectos de ablandarles las meninges y que decidan abandonar el monte.

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Juanma Romero

En ocasiones me quedo perplejo. Resulta que el jefe de un partido en cuyo ADN viaja el 'jacobinismo' quiere conceder privilegios a unos territorios sobre otros y dar carta de naturaleza a la superioridad de una raza (en el caso de existir) sobre otra que convive en el mismo Estado. Digo yo que, a Pedro Sánchez, al igual que Pablo Iglesias, se les habrá pasado por el cerebelo ser un día investidos como primeros ministros o jefes de gobierno, que viene a ser en la práctica lo mismo.

Si jalean de una forma u otra el independentismo (hay muchas maneras de dar oxígeno a los del vuelo gallináceo) y quieren que esto se convierta en decenas de repúblicas bananeras al estilo feudal (es decir, antes de 1492), habrá que concluir que ellos mismos y 'ad hominem' se conforman con gobernar las dos Castillas y punto. Porque, si se abre la espita, aquí no va a quedar unido ni el apuntador.

De fomentar así al independentismo, habrá que concluir que los propios líderes socialistas se conforman con gobernar las dos Castillas y punto

España, como Estado, representa menos que California en términos territoriales y de PIB. Hace falta ser muy irresponsables cuando se juega con la pervivencia de un Estado constituido, con presencia reconocida internacionalmente y como la cuarta potencia de Europa. Ganen votos, por ejemplo, en mi pueblo, reivindicando el ferrocarril y desmontando las mentiras de los rupturistas cuya seña fundamentalmente es el egoísmo. Pero no jueguen con cosas de comer porque, de lo contrario, todos los descamisados, pobres y excluidos de la pobre España quedarían al pairo.

Esto, oiga, es de cajón.