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Tedeum bajo palio para Puigdemont
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Graciano Palomo

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Tedeum bajo palio para Puigdemont

Su entrada en la catedral de Barcelona deberá ser bajo un palio de color amarillo estrellado. A tres pasos detrás del emperador caminará el Alain Delon catalán, el esplendoroso Oriol Junqueras

Foto: Carles Puigdemont, presidente de Cataluña. (Reuters)
Carles Puigdemont, presidente de Cataluña. (Reuters)

Después de oír y ver a Puigdemont tratar de tú a tú al rey Felipe, de jefe de Estado a jefe de Estado, y echarle una buena reprimenda, he entendido eso que le dijo al 'Bild' alemán: “Me siento el presidente de un país libre…”.

En realidad, lo que al jefe del Gobierno autónomo catalán le falta es su coronación. ¡Quién se lo iba a decir a él! Un oscuro editor subvencionado en una provincia ignota caminando con la misma grandeza –tras su arrollador triunfo el 1-0 en la magnífica, limpia y grandiosa consulta– que Carlomagno, Napoleón Bonaparte, Carlos III, la reina Isabel, Nelson Mandela y el resto del elenco histórico del mundo civilizado.

Le pido permiso a Jaume Roures para darle a su amado cliente Puigdemont –gratis, eh– algunas notas de color para su entrada en la catedral de Barcelona. El palio bajo el que camine hasta el altar deberá ser necesariamente de color amarillo estrellado; al cinto, la espada de Roger de Flor, y delante o detrás, el cardenal Omella; sujetando el cirio, monseñor Xavier Novell i Gomà, obispo de Solsona, el más formidable publicista de la utilización del hisopo en la histórica grandeza de Puigdemont.

placeholder Josep Lluis Trapero. (Reuters)
Josep Lluis Trapero. (Reuters)

Delante, abriendo paso, el fiel y leal Josep Lluis Trapero, vestido con uniforme de gala de capitán general de las fuerzas armadas catalanas. A tres pasos detrás del emperador Puigdemont caminará el Alain Delon catalán, el gran y esplendoroso Oriol Junqueras, de frac impoluto. No se me ocurre el sitio que ocupará Anna Gabriel, pero seguro que horas antes habría ido al modisto y habrá pasado por la peluquería.

Entre los asistentes, los grandes del mundo mundial. Trump, sin duda, acompañado de la sutil Melania. Todos los presidentes, jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea. Vladimir Putin, que se lo ha ganado con sus patrañas informáticas, tendrá sitial de honor.

¿Dónde metemos al párroco de Calella, el infatigable cura provocador? Quizá el nuevo presidente de un país libre le arrincone en la sacristía para tocar las campanillas consagradas.

¡Por nada del mundo me quiero perder tan extraordinario e histórico acontecimiento! El orbe entero, Texas incluido, contiene el aliento.

Después de oír y ver a Puigdemont tratar de tú a tú al rey Felipe, de jefe de Estado a jefe de Estado, y echarle una buena reprimenda, he entendido eso que le dijo al 'Bild' alemán: “Me siento el presidente de un país libre…”.

Josep Lluis Trapero Jaume Roures Carles Puigdemont