El revelador 'cuponazo' vasco

¿Qué es una nación? Básicamente y por resumir: la voluntad de vivir juntos. En igualdad de obligaciones y deberes.

El nuevo cupo vasco -amparado en situaciones históricas de antaño-, aprobado el pasado jueves por el Congreso de los Diputados, pone en evidencia los principios iniciales descritos. Aportar 1.300 millones al Estado por parte de una comunidad con la segunda renta per cápita es algo que un gobierno con responsabilidad solo concede si está en serias dificultades de supervivencia. Es el caso. El País Vasco, cuyos dirigentes tanto presumen de ricos y de prosperidad en ese pequeño territorio. ¡Así cualquiera, oiga! Si recibes cuando debes dar, lo normal es que te lo montes bien.

Hablemos claro. Les ha venido de perlas a los Urkullus/Ortúzar/Esteban el cristo montado por sus amigos nacionalistas catalanes para hacer caja. ¡Para qué vamos a engañarnos! El Gobierno no está en condiciones de soportar un nuevo conflicto territorial que podría resultar similar al catalán. Y, además, necesita aprobar los Presupuestos Generales. De modo y manera, que la sorprendente generosidad de Montoro, que es también la de Mariano Rajoy, tiene su aquel. El ministro que busca dinero bajo las piedras.

Hasta sus propios conmilitones, como Alberto Nuñez Feijóo, han puesto el grito en el cupo. Normal. Los pobres pagan, los ricos cobran

El concierto es un instrumento antiguo. En cierta manera se asemeja mucho a un paraíso fiscal y la propia Unión Europea ha alertado ya sobre el caso.

¿Amaño político? ¡Qué quiere el Gobierno que piense el pueblo llano! Obvio. Hasta sus propios conmilitones, como Nuñez Feijóo, han puesto el grito en el cupo y el gobierno del presidente castellanoleonés Juan Vicente Herrera, ídem. Normal. Los pobres pagan, los ricos cobran. ¡Viva Cartagena!

Aún me sorprende más la posición de Unidos-Podemos, paladines de la solidaridad (boquilla). Justifican su voto favorable "por ser un derecho ganado por el pueblo vasco…"

¡Ah! Y, ¿los andaluces? ¿Los castellanos? ¿Los aragoneses? ¿Los valencianos? ¿Los gallegos?

Esto cada día se parece más a un asentamiento.