Lo de Aznar Jr.: de casta le viene al galgo

Me entero por este periódico que el vástago del matrimonio Aznar-Botella se acaba de comprar un casoplón en una de las zonas más privativas de Madrid. Entre compra y arreglos más de dos milloncejos de euros… ¡Na!

¡Cómo ha medrado esta familia! Felicidades por adelantado. Hay que rendirse ante el talento, el mérito, el esfuerzo y el ahorro.

Cuando conocí al matrimonio Aznar-Botella, allá por los años 80, ambos eran oscuros funcionarios (uno inspector fiscal, la otra del extinto TAC) con un piso hipotecado de clase media en una zona de clase media. Ya apuntaban maneras.

José María Aznar Jr. se hizo famoso cuando en el 2003 fue detenido por los Carabinieri italianos al infringir "gravemente" el código de circulación

Hoy disponen de mansiones en Madrid y Marbella y el 'hereu', dicen, se gana muy bien la vida asesorando a inversores extranjeros (entre otras labores) sobre los peligros que representa invertir en la España de Rajoy. Dicen. Los datos son, en cualquier caso, muchos más reveladores que las opiniones. Comprarse un piso de ese 'standing' no está al alcance de cualquiera —aún con hipoteca— y son millones los españoles honrados y currantes que no logran amasar dos millones de euros en toda su vida aunque la edad laboral se extendiera hasta los 80 años.

José María Aznar Jr. se hizo famoso cuando en el 2003, entonces su padre era el jefe del Gobierno español, fue detenido por los Carabinieri italianos al infringir "gravemente" el código de circulación del país transalpino a los mandos de un Ferrari prestado por el gran y puro Silvio Berlusconi al que Aznar abrió la puerta del Partido Popular Europeo en detrimento del PNV.

Comprarse un piso de ese 'standing' no está al alcance de cualquiera y son millones los españoles honrados que no logran amasar dos millones

Catorce años después, el vástago se nos presenta ya como un exitoso y acaudalado hombre de negocios —imitando a su cuñado el inmarcesible Alejandro Agag— aunque nadie sepa a ciencia cierta qué industria productiva ha puesto en pie. Y eso que Miguel Blesa le mandó a paseo cuando le recriminó que no diera satisfacción a su padre cuando le pidió que Caja Madrid comprara por una morterada de millones (54) la obra del artista vallisoletano Gerardo Rueda que había sido presentado por otro artista de la pista, Miguel Ángel Cortés, el de los cuadros. "¡Viva el mérito! ¡Que se abran las amplias avenidas a la meritocracia!", según dijeron en su día en el propio entorno aznarista.

¡Viva el mérito! ¡Que se abran las amplias avenidas a la meritocracia!