El ejemplo alemán

¿Alguien podría afirmar con justeza que los problemas en Alemania son mayores que en España? ¿Tienen más paro que España? ¿Más deuda pública y privada que nosotros? ¿Sufren problemas de unidad nacional como aquí?

Entonces, ¿por qué los dirigentes teutones son capaces de anteponer los intereses generales de su país y aquí no es posible? ¿Por qué la primera potencia de la Unión se pone de acuerdo para encarar momentos excepcionales y en España no? No encuentro explicación plausible a la diferencia.

Lo he preguntado hasta la saciedad , al menos a media docena de grandes historiadores, y más o menos todos concluyen lo mismo: inmadurez, falta de generosidad y rescoldos ideológicos que todavía quedan de la Guerra Civil. Falta, a mi modesto entender, mucha pedagogía y enseñanza al respecto. Porque alguna vez (han pasado ya 82 años de aquella terrible tragedia) habrá que recambiar la agenda y dejar las orejeras en el baúl. Veamos. ¿Interesa más la posibilidad de continuar pagando las pensiones o el prurito de los políticos? ¿Interesa más ponerse de acuerdo para generar posibilidad de empleo o que mande uno u otro? ¿Interesa más dedicarse a crear ámbitos de progreso en el I+d+i o de qué político puede más?

Inmadurez, falta de generosidad y rescoldos ideológicos que todavía quedan de la Guerra Civil

¡Incomprensible! En un mundo donde ya no hay ni fronteras ni barreras, ¿a los ciudadanos en situaciones de emergencia –nuestra realidad nacional hoy es de gran necesidad- les importa más la estatura física de un primer(a) ministro (a) que el poder mantener un relativo estado de bienestar?

La canciller Merkel y el socialdemócrata Schulz han dado una lección a los nuestros. Ambos han dejado pelos en la gatera en sus respectivas formaciones. Han preferido servir a los ciudadanos y a su país antes que sus intereses.

¡Aprendan!