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¿Para qué sirven los embajadores de España?
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Graciano Palomo

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¿Para qué sirven los embajadores de España?

El llamado "Servicio Exterior" requiere, al igual que la universidad, una reforma en toda la regla. El Estado está perdiendo por goleada en ese terreno

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis. (EFE)
El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis. (EFE)

Dicen que dicen que Moncloa, esto es, el presidente Mariano Rajoy ha mandado un severo recado a los embajadores de España, en especial a los que tienen plaza y residencia en los países de Europa, para que dejen de jugar al golf y tomar canapés y se pongan a explicar a los mandatarios ante los que representan España, la prensa, diputados y demás dirigentes políticos de qué va la cosa catalana.

Tengo mis dudas de que el "severo recado" haya sido impartido, francamente. Como mucho, algo le habrán comentado al respecto al inexistente ministro de Asuntos Exteriores, un tal Alfonso María Dastis Quecedo¿dónde, quién y por qué se cooptó al personaje para un puesto tan relevante?— para que a su vez mande un 'email' —cifrado, naturalmente— a los embajadores bajo su teórico mando.

Ni quiero ni debo generalizar. Pero en términos generales esos profesionales del "Servicio Exterior" no se ganan lo que el pueblo les paga

El llamado "Servicio Exterior" requiere, al igual que la universidad, una reforma en toda la regla. El Estado está perdiendo por goleada en ese terreno cuando tiene a su favor todas las razones democráticas para alzarse con la verdad en el mundo. Algo conozco de los profesionales de la diplomacia española por haber viajado por el ancho mundo. Ni quiero ni debo generalizar al respecto. Pero en términos generales esos profesionales del "Servicio Exterior" no se ganan lo que el pueblo les paga. No digo que sean ellos los únicos culpables y en cualquier caso quiero salvar su honor. Estoy hablando de "eficacia" que brilla por su ausencia. Es más cómodo tomarse el té en los magníficos salones que los contribuyentes les habilitan que patear las redacciones o pedir audiencia a los ministros o jefes de Estado en aquellos países en los que están acreditados.

Gran parte de la culpa de la "extorsión informativa" y la "intoxicación" que sufren eurodiputados, ministros, dirigentes políticos de otras naciones que cuestionan el rol del Estado español en su defensa, la tienen aquellos que no se bajan del coche oficial y viven cómodamente instalados en sus mamandurrias. Sé de lo que escribo. Ganar una oposición en la Escuela Diplomática o haber conseguido un buen destino en Washington, Londres o París por mor de la endogamia política no debería ser excusa para dejar inerme al Estado que te paga y al que representas.

Cuando se escriba la historia al completo de lo ocurrido con las andanzas de 'Puigdemont&sons' estos profesionales españoles no quedarán muy bien parados.

Dicen que dicen que Moncloa, esto es, el presidente Mariano Rajoy ha mandado un severo recado a los embajadores de España, en especial a los que tienen plaza y residencia en los países de Europa, para que dejen de jugar al golf y tomar canapés y se pongan a explicar a los mandatarios ante los que representan España, la prensa, diputados y demás dirigentes políticos de qué va la cosa catalana.

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