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Palo Alto
Por
Lo de Casado
El asunto es si un candidato con ambición puede subsistir —después de todo lo ocurrido— con una imputación al hombro
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Me consta que la "sonrisa del régimen", léase Pablo Casado, va como un cañón en las primarias populares. Tiene su lógica, coronada de argumentos para unas mesnadas que antes que nada quieren pasar página, apuntarse al futuro y olvidar unas cuantas cosas.
Resulta, sin embargo, que su vida política pende de un auto que podría firmar la titular del Juzgado de Madrid número 51 que responde por el nombre de Carmen Rodríguez-Medel cuyas derivas "políticas" están fuera de toda duda, según informan los mejores conocedores de las alcantarillas judiciales. Si la señora juez firma la imputación el confeti se disolverá como un mal azucarillo. A empezar de nuevo y todo su gozo al pozo.
Si dos jueces mandaron al averno a un presidente del Gobierno y abrieron la puerta a otro ya me dirán ustedes qué podrá hacer el voluntarioso y nada 'killer' palentino frente a un hecho judicial. Como estoy lego y muy confundido en la materia de marras he recurrido a un experto independiente, como es mi joven y talentudo colega, José María Olmo, para ilustrarme. Delictivo parece no haber nada, si bien esa no es la cuestión que nos ocupa. Tal y como están las cosas en la vida pública española, lo que menos podría importar es la naturaleza del delito, en el supuesto de haber indicios. El asunto es si un candidato con ambición puede subsistir —después de todo lo ocurrido— con una imputación al hombro.
El hecho es que los primeros avances internos en el PP ofrecen a Pablo la posibilidad de una 'longa caminata'. Pero eso sí, el futuro está sin escribir
La otra fuente parte de los aledaños del propio interesado. "Nada de nada", subrayan en una desiderata todavía inconclusa. Ya lo escribió Gramsci: "Frente al pesimismo de la inteligencia el optimismo del corazón…"
El hecho descriptible es que los primeros avances internos en el PP ofrecen a Pablo la posibilidad de una 'longa caminata'. Pero eso sí, el futuro está sin escribir y en blanco.
Me consta que la "sonrisa del régimen", léase Pablo Casado, va como un cañón en las primarias populares. Tiene su lógica, coronada de argumentos para unas mesnadas que antes que nada quieren pasar página, apuntarse al futuro y olvidar unas cuantas cosas.