Gran 'cristo' en el Instituto de Empresa

Me informan que desde el caserón de María de Molina de Madrid, sede central del Instituto de Empresa (IE), que su capo, Diego del Alcázar Silvela, noble muy poco dado a coquetear con posiciones socializantes, está “acogotado” por el escándalo político/mediático que ha provocado la cooptación de Begoña Gómez para dirigir el Africa Center con una remuneración muy poco "socialista".

La verdad es que se trata de una empresa privada y la coherencia dialéctica vendría a pararse en el hecho en sí y a no gastar más valoraciones. Pero, claro, siempre y cuando ese instituto no percibiera euro alguno procedente de las arcas públicas y la subvención resultara igual a cero. Ignoro si esto último es así o de otra manera. Podría resultar un invento en forma de serpiente de verano de determinados medios. No sé a qué espera el distinguido Del Alcázar Silvela para aclarar (en su caso desmentir) las cuestiones que hacen referencia al sueldo de la señora Gómez, por un lado, y por otro, si el centro recibe dinero procedente de los impuestos ciudadanos. Resulta algo elemental en el contexto que nos asfixia. Llamamiento es, políticamente hablando, el silencio sepulcral de los socios (Podemos) al respecto de una puerta giratoria de libro. Nada tiene de extraño que uno de sus iconos, Pilar Zabala, haya decidido coger su bolso y largarse en busca de otro sirimiri.

"Llamamiento es, políticamente hablando, el silencio sepulcral de los socios (Podemos) al respecto de una puerta giratoria de libro"

Lo que no es un invento es el malestar entre un amplio espectro de profesores del IE con el fichaje bomba de su jefe. Además del sueldo que consideran ofensivo para ellos, profesionales de la enseñanza, habría que anotar, asimismo, la consideración por parte de una parte de la opinión publicada (por ende, también de la pública) de que el Instituto de Empresa no es ajeno a los tentáculos políticos. Luego vienen los propios alumnos o una parte de ellos.

El poder obnubila y embota. Todo ello sin desmerecer las condiciones personales de la señora Gómez como activista en la recaudación de fondos para grandes causas.