Rubalcaba se descaralla de Sánchez

Pedro Sánchez es un tipo simple, incluso, simplón. Como las profundidades intelectuales y el rigor argumental no es lo suyo —pese a los esfuerzos del arriero Iván Redondo— hay que recurrir a gestos para poder siquiera interpretarle. Esos gestos delatan en rigor que ha perdido el "oremus" y los efluvios del poder le afectan gravemente la azotea.

Nadie en su sano juicio, dadas las circunstancias políticas del país y la situación del PSOE en particular, se le ocurre proponer a Alfredo Pérez Rubalcaba, que tiene el respeto y la consideración de todos nosotros, que encabece la lista "sanchista" a la alcaldía de Madrid… Pero ¿qué se ha creído este tío…?

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Juanma Romero

Es la confesión de un diputado de la vieja guardia expresada con cierta indignación. Sobre todo, porque antes del ofrecimiento al que fue secretario general, y vicepresidente del Gobierno con Zapatero (¡nadie es perfecto!) Sánchez solicitó el concurso a Cristina Narbona, Margarita Robes (que acaba de afiliarse al PSOE) y a uno que no es ni militante (aunque lo parezca), Fernando Grande-Marlaska.

Pérez Rubalcaba ha tenido bastante fácil mandar al presidente a hacer gorgoritos. Al menos le ha servido para conocer de primera mano la catadura del sujeto. Está jubilado de la política, dice, pero yo no lo perdería de vista. No creo que el antiguo corredor de velocidad vaya dejar pasar una oportunidad para devolverle la gracia.