Palo Alto
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De Venezuela a Nicaragua...
La última mascarada del "gorila rojo" ha sido imponerse la banda presidencial al más puro estilo caribeño
Una mayoría de españoles sabe que en Venezuela hay una dictadura encarnada (nunca mejor descrito) por un tal Nicolás Maduro (el comedor de solomillos) donde la gente se muere de hambre y sus naturales inundan todos los países del mundo buscando pan y libertad.
Saben también que hay españoles con pasaporte español —como Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejón, entre otros muchos— que trabajaron para consolidar el régimen asesino de aquel singular coronel golpista que se hacía llaman Hugo y apellidar Chávez. Y cobraron (dinero) por ello. No olvidarlo.
La última mascarada del "gorila rojo" ha sido imponerse la banda presidencial al más puro estilo caribeño. Le trae al pairo la repulsa mundial e incluso la advertencia de su propio ministro de Defensa de que pida asilo político en Cuba y deje que entre algún gramito de libertad en el país más rico del mundo. Solo le defiende ya otro espectacular personaje al que se le conoce como José Luis Rodríguez Zapatero.
Nadie entiende su "mediación" nunca pedida si no es a cambio de dinero o algún que otro pozo de petróleo que ofende mucho al leonés
Nadie entiende su "mediación" nunca pedida sino es a cambio de dinero o algún que otro pozo de petróleo que ofende mucho al leonés que infló a pasta pública a un dirigente minero, al que rendía pleitesía, Fernández Villa. Hizo ricos a otros muchos (Roures, Contreras, Miguel Martínez (Paradores), Ángel Villalba (FEVE), se pagó la campaña electoral con presunto dinero de Aquamed y ahora trata de convencer al mundo en gira de "clown" de las bondades de una dictadura feroz que terminará por derrumbarse como todos los regímenes abyectos.
Pero hay otra dictadura terrible, similar a la venezolana, sobre la que los españoles apenas se han enterado. Se trata de Nicaragua, donde Daniel Ortega, un sátrapa (que violó a su propia hijastra) que engañó a todo el mundo y, al final, ha establecido a golpe de metralleta y represión un régimen aún peor del que combatió. La izquierda española mantiene un silencio cómplice y brutal. Silencio que no será gratuito.
¿Por qué?
Una mayoría de españoles sabe que en Venezuela hay una dictadura encarnada (nunca mejor descrito) por un tal Nicolás Maduro (el comedor de solomillos) donde la gente se muere de hambre y sus naturales inundan todos los países del mundo buscando pan y libertad.