ZP, agente inmobiliario

¡Es un fenómeno! ¡Un artista de la pista! Dejó el país echo unos zorros, pernoctando en el abismo, pero él mantenía casoplones en León, Vera (Almería) y Madrid. Eso que sepamos.

A la espera de que el caimán de Miraflores (Caracas) se vaya y por fin nos enteremos de qué iba la "mediación" zapateril en aquel carajal caribeño de ruina, hambre y desolación, el hecho cierto es que el gran ZP ha vuelto. Lo ha hecho para hablar de democracia en la universidad de su pueblo viniendo de donde viene (Venezuela) y para ser portada asustada al enterarnos de que ha conseguido un pedazo de chalet en la madrileña Cuesta de las Perdices por menos de la mitad de su precio de mercado.

¿Quién se permitió el desvarío de afirmar que este tipo era tonto? ¿Sarkozy? ¡Toma, Nicolás, aprende! Adquirir en esa zona de pijos y acaudalados de la capital un pedazo de residencia por ochocientos mil euros cuando vale dos millones significa que o se es muy avispado o se tienen aldabas que dirían en Sahagún (León). Que yo sepa, Zapatero no ha dicho esta boca es mía. Callado como un muerto.

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C. Villar

Lo único que me molesta del tema es que el talento que está demostrando para los negocios privados —me aseguran que hay otros mucho más mollares— no pareció ser capaz de aplicar una miaja cuando durante casi ocho años tuvo la oportunidad de dirigir España. Dejó el país en crisis y puso las bases para que volviera el fantasma de la Guerra Civil. Eso sí, antes de arruinarnos, durante y luego, seguía impertérrito con esa sonrisa entre beatífica y bobalicona.

Se equivocaron entonces cuando le despreciaron y se vuelven a equivocar ahora, cuando simplemente le consideran un buen agente inmobiliario.

Estoy seguro que se me habrá entendido todo. O casi…