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Iglesias, tan lejos y tan cerca
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Graciano Palomo

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Iglesias, tan lejos y tan cerca

Nunca ha estado tan lejos de sumar una mayoría social y electoral con la que soñó una tarde de verano en las medias altiplanicies de la Sierra de Gredos

Foto: Pablo Iglesias en su acto de inicio de la campaña electoral. (EFE)
Pablo Iglesias en su acto de inicio de la campaña electoral. (EFE)

El regreso de Pablo Iglesias —que está ganando en finura táctica con los años— ha supuesto un 'rally' mediático realmente impresionante.

Cinco años después del milagro podemita —fruto de la quiebra un modelo socialdemócrata que encarnaba Zapatero, que dejó a la sociedad española más tiesa que un escarcio y de una corrupción cuasi generalizada de la clase dirigente—, Iglesias y sus mesnadas continúan encabalgando contradicciones a gogó. En su fuero interno, no es un bobo de solemnidad, sabe que es muy difícil vivir como su propia prédica demanda. Bien, Villarejos al margen, la idea es pisar moqueta porque de lo contrario el arroz termina por agotarse y conlleva el peligro de acabar con Julio Anguita, antes Gerardo 'ídem', Cayo Lara y, finalmente, Garzón.

Nunca ha estado tan lejos de sumar una mayoría social y electoral con la que soñó una tarde de verano en las medias altiplanicies de la Sierra de Gredos. El PSOE (electoralmente) parece que vuelve a ser el PSOE…, naturalmente desde el poder y con la llave de la caja. Iglesias parece conformarse con llevar en el refajo los votos suficientes como para poder optar a un gobierno socialista/podemita y, ello, a tenor de lo que dicen las encuestas (ejercicio arriesgado) es mucho más que una posibilidad.

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (EFE)

No habla de Venezuela (lógico); mucho menos de Tsipras (natural) porque el griego ha sometido su país y sus propios presupuestos políticos al tamiz de la realidad. Si finalmente Pedro Sánchez consigue amarrarse al poder después del 28 de abril no le quedará más remedio que subirse a su carro y administrar las migajas que le caigan de la gran mesa gubernamental.

Esto es, no le quedará más remedio que aplicar la vieja máxima de la Vermarch: "Únete a enemigo que no puedas vencer…".

El regreso de Pablo Iglesias —que está ganando en finura táctica con los años— ha supuesto un 'rally' mediático realmente impresionante.

Pedro Sánchez Julio Anguita