La UME apaga el fuego en Cataluña

El pavoroso incendio en las localidades de la Ribera del Ebro (Tarragona) está permitiendo dar una lección a los independentistas catalanes, tan sobrados, tan engreídos, tan fanáticos, en el sentido de que no se pueden —aunque se intente desesperadamente— poner puertas a los bosques.

Me alerta un colega que está cubriendo la información de tan descomunal desastre que es ejemplo vivo ver como los efectivos de la Generalitat (Protección Civil) son secundados hombro a hombro con los militares de la Unión Militar de Emergencias (UME) en intento por vencer a las llamas.

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Agencias

Nada excepcional, por otro lado, porque esas tierras forman parte de la nación española y los 120 uniformados enviados por el ministerio de Defensa están ayudando a su país. La UME es el gran invento para cumplir la misión del Ejército de defender a España del enemigo interior y exterior, aún de las llamas. Hasta ahí todo normal. Lo que realmente indigna es que el 'conseller' de Interior de Torra —en esas excepcionales circunstancias—, un tal Buch, haya querido quitar valor a la ayuda prestada por el resto de España a través de su Ejército. ¡Quizá hubiera querido que esa presencia se produjera en otras circunstancias!

Dice que es normal que "entre vecinos y colindando con el Estado español" se ayuden. No colinda, Buch, son la misma cosa jurídica, histórica y en la realidad del pueblo.

Una catástrofe natural puede ayudar a comprender el desvarío. Mucho más en un mundo empequeñecido y global. Son irreductibles, fanáticos, talibanes que chapotean en una realidad mágica que solo existe en sus propias ensoñaciones.

Esas declaraciones del susodicho me recuerdan en demasía aquellas declaraciones del que fuera lendakari vasco cuando las riadas de Bilbao…