Objetivo: la prensa

Me hubiera entrado un ataque de risa si el tema no fuera tan serio. Escribo esto a propósito del episodio —grave, antidemocrático, oscurantista, facha— del pasado día 30 cuando se firmó el Gobierno de coalición entre la teórica y falsa socialdemocracia de Sánchez y el rancio comunista Iglesias. Resulta que un "acontecimiento histórico" —jefe de Podemos 'dixit'— y no estaban allí los periodistas para poder conocer alguna hilazón sobre ese acontecimiento cósmico que devolvía a España 90 años atrás como bien ha reflejado este diario en ediciones anteriores.

Raro, ¿no? Extraño, ¿no? ¿Esto es Venezuela, Cuba, Bolivia o Nicaragua? Mucho más extraño cuando Sánchez —al que Ignacio Varela ha definido cabalmente como "ese político pequeño de ambición desmedida"— presumió (es lo suyo) de transparencia y ejercicio democrático del poder.

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Juanma Romero Javier Bocanegra

Llovía sobre mojado. He comenzado escribiendo que me hubiera entrado la risa tonta de no otear algo muy serio en todo este proceder. Sé de qué pie cojean los nuevos 'tiranuelos' —todo se andará— de la cosa. Muchos de esos 'plumillas' —salvando honrosas excepciones— han llevado en volandas al que los desprecia, han reído sus gracietas de guion, y no han informado puntual y exhaustivamente sobre los más que evidentes abusos de poder realizados desde que alcanzó la presidencia gracias a una moción 'fake' (Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional 'dixit'). Ahora empiezan someramente a ver las consecuencias… Les metieron en una habitación/covachuela no fuera a ser que a alguno de ellos se atreviera a preguntar cualquier cosa… ¡Tiempo al tiempo! Algunos de ellos, pocos, aunque honrados, mantienen la funesta manía de preguntar y ya saben lo que el tal Miguel Ángel Oliver, ¿periodista?, opina de ellos… Están enfermos.

He conocido lo suficiente los totalitarismos como para no distinguir su sonido cuando el cierzo ruge. Esos stalinismos (qué ternura produce Monedero repartiendo patentes) disfrazados de "socialistas del siglo XXI", envueltos en celofán y ahítos de poder y de dinero. Su primer objetivo siempre fue detentar el poder institucional; luego el control de los medios y los profesionales y, en paralelo, el tercer poder (judicial). El legislativo va de suyo.

Su primer objetivo siempre fue detentar el poder institucional; luego el control de los medios y los profesionales y, en paralelo, el judicial

Como estará el patio que hasta la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), que preside un personaje que en principio nada tendría que temer el tándem Sánchez/Iglesias, ha divulgado un comunicado afirmando: "El próximo Gobierno pone en riesgo la libertad de expresión…". No lo digo yo, lo suscribe la FAPE.

Hace un lustro, cuando los populismos hicieron su aparición con gran fuerza por mor de la crisis y la corrupción, una veterana colega del diario 'El País', de apellido corto y de nombre aún más corto, me dijo esto: "Hay que estar muy atentos al tema de las 'libertades'…". Respondí que me parecía una exageración, España era entonces la tercera potencia de Europa.

Algo se enciende en mi pituitaria y me da que la muy experimentada colega 'prosística' llevaba razón. Y no quiero creerlo.