¡Ojo! con los del tractor

Debo reconocer y reconozco que al presidente del Gobierno le ha funcionado la pituitaria ante la movilización del campo español. Fiel al 'Sánchez style', les ha puesto el enemigo a la vista, el culpable de todos sus males: Roig, el de Mercadona, entre otros.

Al menos, no les ha llamado "carcas" como ese otro esbelto sindicalista que por no devolver no devuelve la morterada de millones que UGT se llevó de Andalucía y Asturias sin hurgar en más detalles.

Opinión

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El catón socialista es muy claro: rebelión frente a la injusticia. Difícilmente se puede encontrar en los últimos tiempos una movilización más justa, más entrada en sazón, más perentoria que la realizada por el agro español. Y lo será más cuando la PAC bruselense le deje aún más a la intemperie. Criticaron en su día —el PSOE— los 65.000 millones de euros que consiguió una ministra del ramo respetada como Isabel García Tejerina y va a resultar ahora que al bueno de Planas le van a pegar un tajo de pan con cebolleta. El ministro no se le ha ocurrido otra cosa —qué demonios va a hacer el pobre— que invocar una nueva mesa de diálogo. Este Gobierno está empeñado en que suban las acciones de las tiendas de muebles porque a cada problema se inventa una mesa.

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Ironías al margen, lo cierto y real es que ya no se les puede dar a los agricultores pan de cebada. Ni unos ni otros. A un Gobierno fuerte con los débiles —que ni siquiera sabe lo que cuesta un kilo de tomates en un súper (vean los tuits de los chicos de Podemos)— y débil con los poderosos, pero tampoco aquellos que desean pescar (caso de Vox) precisamente en terrenos de secano.

Han pasado las elecciones y ya nadie habla de la España vacía. Afortunadamente, los agricultores han llenado las calles de tractores. Y que no falte.