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Cuando se manda al averno a un pobre vigilante
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Graciano Palomo

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Cuando se manda al averno a un pobre vigilante

Lo más grave es que la bancada social/comunista le apuntala cuando la mayor parte de ella sabe que se encuentran ante un pillo al que están a punto de dejar al pairo

Foto: El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)

En muchos años de observación política jamás había visto un ministro braceando a la desesperada desde el banco azul como contemplé el pasado miércoles al todavía José Luis Ábalos. Tanto es así, que tiene que recurrir al 11-M; se le olvidó decir que aquella mentira del gobierno Aznar mandó al PP al averno.

En la vida en general, lo importante no son las palabras. Son los hechos. En política, aún más, teniendo en cuenta los procedentes en el acontecer español. Un primer ministro en ejercicio puede hacer lo contrario de lo que se dijo con intención de engañar y seguir viajando en Falcon, perdonando la vida a diestro y siniestro, como si tal cosa.

Foto: José Luis Ábalos (c) y Koldo García. (EFE)

Volvamos al doctor Ábalos. En la misma hora en la que perdía la mirada a cuenta del 'Delcygate', un modesto vigilante del aeropuerto Adolfo Suárez era mandado al paro sin remisión porque había osado ir a un notario al que declaró haber visto lo que vio durante el encuentro entre un ministro español, del ramo para más señas, y una torturadora considerada como tal por la comunidad internacional. A esa misma hora, el señor Ábalos defendía, con la vehemencia propia de los chapoteadores del rancio comunismo —esa militancia imprime carácter como el sacerdocio, aunque luego viera que es mejor negocio ser militante del PSOE—, a su "gorila" (Ábalos 'dixit'), condenado por violencia física cuando era portero de discoteca, como consejero de RENFE y la contratación de la mujer del agraciado como asistente en el departamento ministerial que el exprofesor de gimnasia regenta.

¿En qué centro universitario aprendió teoría política democrática el sujeto a punto de desenfundar?

¡Curiosa manera de entender la justicia socialista! Tampoco debería extrañar el 'modus operandi' de unos señores que presumen de ser el "Gobierno para todos los españoles". En RTVE liquidaron de un plumazo a 180 profesionales de la información y la opinión; perpetraron un golpe sumarísimo a la libertad y sus edecanes, bien pagados con dinero de los demás, exhiben sin pudor una bandera de pluralidad y libertad que produce sonrojo. Lo dicho, unos, Koldo García, su mujer y algún pariente más, son llevados al Olimpo sin mérito alguno que lo acredite; y otro, un modesto agente de seguridad privada, al averno sin causa manifiesta que lo imponga. ¿Qué demonios hay detrás de todo este aquelarre bolivariano para que el aguerrido Ábalos —al que su jefe el día anterior puso a los pies de los caballos en el Senado— se conduzca como un inexportable —salvo a Venezuela— alto cargo del Estado? ¿Qué se ha creído el interfecto? ¿En qué centro universitario aprendió teoría política democrática el sujeto a punto de desenfundar?

Lo más grave es que la bancada social/comunista —con Marlaska de palmero primerizo— le apuntala cuando la mayor parte de ella sabe que se encuentran ante un pillo al que están a punto de dejar al pairo.

Baste con leer a Teodoro León Gross, nada sospechoso de beligerancia antigubernamental, en el todavía menos sospechoso diario progubernamental.

En muchos años de observación política jamás había visto un ministro braceando a la desesperada desde el banco azul como contemplé el pasado miércoles al todavía José Luis Ábalos. Tanto es así, que tiene que recurrir al 11-M; se le olvidó decir que aquella mentira del gobierno Aznar mandó al PP al averno.

José Luis Ábalos RTVE Aeropuerto de Barajas Renfe