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Jugando a 'minor-Lenin'
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Graciano Palomo

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Jugando a 'minor-Lenin'

Al menos, lo digo en su descargo, es el único que no engaña —excepto, claro está, a los que lo auparon—, porque hace lo que dice

Foto: Fotografía facilitada por Moncloa del vicepresidente del Gobierno y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias. (EFE)
Fotografía facilitada por Moncloa del vicepresidente del Gobierno y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias. (EFE)

¿Hasta cuándo se le permitirá a Pablo Iglesias estirar la cuerda?, se preguntan millones de españoles al ver al vicepresidente del Gobierno hacer de su capa en su sayo.

Al menos, lo digo en su descargo, es el único que no engaña —excepto, claro está, a los que lo auparon—, porque hace lo que dice, excepción hecha, una vez más, cuando predica una cosa (para el común de los mortales) y luego hace justamente lo contrario cuando se refiere a él, su familia, su modo de vida y sus dineros.

¿Qué hay que respetar las recomendaciones de la OMS, la UE, las directrices del Gobierno del que forma parte? Sí, para los demás. Véase. Dice que el virus sí distingue de "clases sociales". Dice verdad. Para el ciudadano que le paga no hay posibilidad de hacerse un test, ni respiradores, ni mascarillas. El no tiene ese problema. Si es necesario hasta ambulancias a la puerta de su casa. Claro, él es vicepresidente. Naturalmente, que distingue de clases sociales. Él es casta, 'nomenklatura', jefe. Millones de contribuyentes parias, desasistidos, excluidos de esas ventajas. Que no se puede romper la cuarentena, normal, para el común. Él es ser superior, intocable.

No veo la contradicción, oigan. Y no lo oculta, se exhibe 'urbi et orbi'. Hace seis años que millones de españoles le sacaron de un oscuro puesto de profesor asistente y le llevaron en volandas hasta el Olimpo. Les prometió sacarles del detritus. Lo único que hasta el momento reluce en su haber es haber extendido el odio, la división y la confrontación en la sociedad española. Y en su particular vademécum haber revertido la "casta"; antes la conformaban unos y ahora la disfruta otro(a).

Foto: Foto: Efe

Sinceramente, no me produce asombro alguno. Iglesias se limita a imitar/copiar a sus viejos próceres históricos. Desde Lenin a Castro, pasando por Chávez y reivindicando al más actual Maduro. ¿Que utiliza su posición de privilegio en el Gobierno para practicar el ejercicio más obsceno de activismo que nunca se ejerció desde el atril de la Moncloa? ¿Que pidió que la Unión Europea investigara al Gobierno de España cuando la crisis del ébola sin que existiera entonces ninguna muerte? ¿Que alienta, desde el Ejecutivo, una cacerolada contra el jefe del Estado en las circunstancias trágicas con casi mil muertos cuando desde el Gobierno se llama a la unidad nacional? ¿Que han borrado sus proclamas para asistir a la manifestación del 8-M como si los españoles fueran bobos de baba?

¿De qué se extrañan? No tengo ningún problema. Es coherente. Lo tendrán sus todavía millones de votantes y, desde luego, Sánchez. Este sabrá…

¿Hasta cuándo se le permitirá a Pablo Iglesias estirar la cuerda?, se preguntan millones de españoles al ver al vicepresidente del Gobierno hacer de su capa en su sayo.

Unión Europea Nicolás Maduro